(Libertad Digital) La pasada semana El Mundo desvelaba que en el desescombro del piso de Leganés habían aparecido 33 billetes de 500 euros. De su origen nada se sabía, sólo que no habían salido de ninguna cuenta de los sospechosos. Este lunes, Casimiro García Abadillo da la clave en este mismo diario. Dice que el misterio "empezó a desvanecerse" cuando un miembro de la Comisaría General de Información le confesó por teléfono: "Naturalmente, no se ha investigado porque ese dinero... fue proporcionado por la Policía".
Los agentes quisieron tender una trampa a "El Chino" el 2 de abril de 2004, un día antes de que saltara por los aires el piso de Leganés. Para ello, entregaron ese dinero a "El Conejo", imputado en el juicio. El objetivo era que con esos 16.500 euros "El Conejo" saldara una deuda con Jamal Ahmidan por drogas y a cambio facilitara la captura del considerado por entonces como uno de los principales sospechosos del 11-M.
Una trampa para detener a "El Chino"
Detalla la información de El Mundo que Rachid Aglif, "El Conejo", había dejado ver a sus conocidos el miedo que sentía por las amenazas de muerte de Jamal Ahmidan, "El Chino". Le debía dinero por la compra de droga. Ante sus temores, uno de sus amigos le puso en contacto con un policía que vivía en Lavapiés, cerca de donde "El Conejo" tenía la carnicería a la que acudía como cliente "El Chino". Ese agente era un inspector que estuvo años destinado en el País Vasco recabando información en la lucha contra ETA.
El pacto que le ofreció el policía, apunta García Abadillo, fue "tan simple como provechoso para la investigación". A cambio del dinero para saldar la deuda, "El Conejo" tenía que facilitar la captura del sospechoso.
La Policía llega al piso de Leganés
Agentes de la UCIE colocaron una cámara de vídeo en la carnicería de Aglif y montaron un dispositivo para seguir a Ahmidan cuando fuera a cobrar el dinero. En la bolsa con los billetes de 500 euros también escondieron un chip rastreador y además recurrieron a un amigo de "El Conejo" para que le siguiera.
El que se presentó en la carnicería fue Rifaat Anouar, considerado uno de los hombres de confianza de "El Chino". El chip rastreador no sirvió de nada porque sacó el dinero de la bolsa y lo guardó en otra distinta. Sin embargo, el seguimiento de Rousafi sí que dio sus frutos y llegó hasta las inmediaciones del piso de Martín Gaite.