La Policía desconoce el destinatario de las últimas llamadas de los terroristas del 11-M a Marruecos
El diario El País mantiene su campaña para que la comisión del 11-M se centre en la supuesta imprevisión del Gobierno del PP. En los últimos días ha sentenciado que la investigación ya está cerrada y este domingo señala a Al-Qaeda como la autora intelectual de los atentados. El Mundo sigue ahondando en los agujeros negros y desvela que las dos últimas llamadas de los terroristas antes de suicidarse en Leganés fueron a dos móviles de Marruecos sobre los que la Policía marroquí todavía no ha informado, pese al requerimiento español.
(Libertad Digital) Cuenta el diario de Polanco en su edición de este domingo que los terroristas del 11-M no eran “espontáneos” ni “una cuadrilla de pequeños delincuentes de Lavapiés” sino que tenían lazos con la cúpula de Al-Qaeda. Dice ahora que la autoría intelectual apunta, “de abajo a arriba”, a “El Tunecino”, “El Egipcio” y el sirio Abu Musab. Los dos últimos estaban en contacto con jefes de campos terroristas de Afganistán.
Una plafinicación de largo plazo
Sobre la planificación de la masacre, el periódico cita un documento policial donde se recoge que no pudo improvisarse en seis meses. Otro informe de la Unidad Central de Información Exterior apunta “al factor venganza por las redadas desarrolladas en España tras el 11-S”, con lo que desvincula el atentado de la guerra de Irak. Uno de los cerebros, “El Egipcio”, detenido en Milán, reconoció en una conversación telefónica grabada por la Policía italiana que tardó más de dos años y medio en organizarlo todo.
La Policía espera tras el requerimiento a Marruecos
Aunque según El País todos los cabos ya están atacados, las últimas revelaciones de El Mundo vuelven a arrojar más sombras que luces sobre los atentados. En la portada de este domingo aparece en exclusiva la primera foto de tres de los terroristas que se suicidaron de Leganés. Está recuperada del vídeo que grabaron días antes.
Pero además, como parte de la prepublicación del libro de Casimiro García-Abadillo, director adjunto del periódico, revela que, al margen de las despedidas de sus familias, los terroristas contactaron con dos teléfonos móviles de Marruecos sobre los que la policía marroquí sigue sin facilitar información alguna a la española
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