La Policía contradice la versión oficial al sostener que la mochila de Vallecas pudo ser manipulada en Ifema
El pasado mes de marzo, la Dirección de la Policía emitió una nota con la que pretendía desmontar una información de El Mundo sobre la mochila de Vallecas. Entonces apuntó que ésta había estado siempre bajo custodia y que no había podido ser manipulada. Sin embargo, en el sumario consta un informe de agosto de 2005 que pone en duda la versión oficial. El texto fue remitido al juez Del Olmo por la Unidad Central de Información Exterior y la Unidad Central de Inteligencia y sostiene que la mochila "pudo ser manipulada por personas no identificadas en el Ifema". LEA AQUÍ el análisis de Luis del Pino.
(Libertad Digital) La información que revela este viernes El Mundo añade más sospechas sobre la ya cuestionada mochila de Vallecas. El informe, que la Policía concluyó con fecha de 10 de agosto 2005 y que remitió al juez que instruye la masacre de Madrid, sostiene que en esa mochila, que en realidad era una bolsa de deportes de lona de color azul, se encontraron restos de ADN de un varón que no ha podido ser identificado y al que se le asignó la denominación de "Perfil 11".
Esos restos se localizaron en uno de los protectores de la bolsa, en su parte exterior. Cotejados con los datos de ADN de los imputados como autores o colaboradores de la masacre, las dos unidades de elite dependientes de la Comisaría General de Información concluyen que no pertenecen a ninguno de ellos.
Apunta Casimiro García Abadillo en la noticia que firma en El Mundo que el informe, del que publica una imagen en portada, sostiene que "existe un vestigio físico sobre la parte externa de la mochila-bomba desactivada por el Tedax, registrado como PERFIL 11, que por las peripecias sufridas por dicha mochila y porque pudo ser manipulada por personas no identificadas en Ifema, consideramos que no necesariamente pertenece a un terrorista. Dado que este perfil no aparece en ningún escenario, lo probable es que no pertenezca a ninguna persona relacionada con la autoría de los atentados".
ADN no necesariamente de un terrorista
Y añade la información que, "según esa tesis, como aún no ha podido identificarse el ADN aparecido en la mochila-bomba de Vallecas se da por hecho que pudo ser manipulada por algún desconocido en el recinto ferial de Madrid (Ifema)". Nada dice de que pudiera tratarse de un terrorista no identificado hasta la fecha.
Este informe, con fecha de agosto de 2005, es totalmente opuesto a la versión oficial que difundió la Dirección General de la Policía el pasado mes de marzo. Con él pretendía salir al paso de la información que desveló entonces El Mundo: que el inspector jefe Miguel Ángel Álvarez había denunciado al director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, que los objetos recogidos en la estación de El Pozo no habían sido inventariados en el lugar de los hechos y, además, que podía haberse roto la cadena de custodia. Cuando fue citado por el juez Del Olmo ratificó esta información y, además, no reconoció la mochila que le fue mostrada como la que él pensaba que podía haber sido la que contenía la bomba.
Contradicciones con la versión oficial
Cuatro días después la Dirección General de la Policía emitió la nota para replicar a El Mundo: "Todos los efectos recogidos en los distintos trenes que fueron objeto de atentados terroristas del 11-M y, por supuesto, aquellos a los que hace específica referencia el medio de comunicación, han estado siempre bajo custodia policial. Bajo ningún concepto, han podido ser objeto de ningún tipo de manipulación".
Pocos días después, Libertad Digital desveló que la mochila de Vallecas fue detectada en Ifema el 11-M por la tarde y no en una comisaría al día siguiente. Así aparece en un informe de la UCIE remitido a Del Olmo el 29 de marzo de 2004. Indica que la bolsa-bomba habría sido localizada en los recintos feriales de Madrid varias horas antes de las 2 de la madrugada, trasladándose con posterioridad a la comisaría de Puente de Vallecas.
La mochila que cambió la historia de España
El diario que dirige Pedro J. Ramírez acompaña su información de este viernes con un editorial en el que se pregunta "quién colocó la mochila que cambió la historia de España". Sostiene que "la apertura del curso político coincide con el naufragio definitivo de la versión oficial de los atentados del 11-M". Además, plantea nuevos interrogantes: "por qué los policías creen que la bolsa fue manipulada precisamente en Ifema y no en la estación de El Pozo o en la Comisaría de Puente de Vallecas" y "por qué proclaman que el ADN pertenece a una persona ajena a la preparación de los atentados y no a un terrorista desconocido".
Acto seguido apunta que "es evidente que quienes redactaron el informe saben más de lo que dicen, lo que no es sino otro motivo más —y ya son tantos— para pedir una auditoría independiente de la turbia investigación de los atentados".
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