El representante de la izquierda italiana, Romano Prodi, afirmó en una entrevista concedida a La Vanguardia el pasado 22 de octubre que “este tipo de organización regional que atenta contra la unidad de Italia, y causa gran daño a las regiones más pobres, porque no existirá el equilibrio de solidaridad que hay ahora".
Según afirma este diario en su edición de este viernes, catorce regiones de las veinte que forman la República italiana se han declarado contrarias a la reforma federalista, casi todas con argumentos económico-sociales similares al de Prodi. La posibilidad de que el Tribunal Supremo no convoque el referéndum es casi nula, porque el centroizquierda lo ha pedido por las tres vías posibles. Según la ley, pueden solicitar un referéndum un mínimo de medio millón de ciudadanos o cinco regiones o un quinto de los parlamentarios (lo han hecho 112 senadores y 249 diputados, más de los necesarios). Se puede pedir si la ley contestada ha sido aprobada sin mayoría de dos tercios de Cámara y Senado, como ha ocurrido. Por razones técnicas, el referéndum no necesitará quórum, es decir, el resultado será válido incluso con baja participación.