Después del caso Matsa y de la subvención de 10 millones de euros que el gobierno Chaves concedió a la empresa en la que trabajaba su hija Paula, salta ahora la historia de que su otro hijísimo, Iván Chaves Iborra, cachorro al que gustan los negocios y estas cosas asquerosas del capitalismo, se ha visto afectado por una decisión del Ayuntamiento de Sevilla que gobierna un amigo de su padre, Alfredo Sánchez Monteseirín.
La cosa es que una empresa del hijo del vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, es la que comercializa, comisiones de por medio, el alquiler de los locales del proyecto Metropol-Parasol, otro tinglado urbanístico del alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, con la mediación de la constructora Sacyr. Cuando se llama al teléfono que aparece en las vallas publicitarias con los anagramas de Sacyr y del Ayuntamiento de Sevilla invitando a alquilar los locales, quien atiende es Ignacio Olaegui, un socio del hijo del ex presidente de la Junta de Andalucía.
Iván Chaves Iborra es el administrador único de la sociedad Cexmark Soluciones SL, constituida ante notario el 29 de diciembre de 2006. El hijo de Chaves es el dueño de 30 de las 31 acciones de la compañía (96,8%) mientras que la participación restante está a nombre de una cuñada suya, según la información oficial que consta en el Registro Mercantil. Recuérdese, cómo no, que su esposa, Rocío Cabet, trabaja en Extenda, otro de los escenarios instrumentales y paralelos de la Junta de Andalucía.
La familia Chaves o la vía socialista al capitalismo
Hace ya dos años que Pedro de Tena daba cuenta en Libertad Digital de los negocios, como mínimo sospechosos, de los hijos de Chaves.
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