Carlos Romero, uno de los peritos que participó en la pericial de explosivos ordenada por el tribunal del 11-M, ha declarado como testigo este miércoles ante la juez del Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid por la querella interpuesta por la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M contra Sánchez Manzano y la perito químico de los Tedax.
En la pericial de explosivos participaron ocho peritos, cuatro propuestos por las partes y otros cuatro pertenecientes a la Policía y Guardia Civil. A estos peritos, cuyo objetivo era identificar el arma del crimen, es decir, qué explotó en los trenes, les llegó únicamente 23 muestras de los 12 focos de explosión.
Romero, perito independiente propuesto por las partes, ha declarado que en la pericial se les entregaron muy pocas muestras. Si esto no hubiera sido así se podía haber concretado el tipo de explosivo.
Las cantidades ridículas a analizar, que en algún caso se componían de un único clavo, hicieron a los peritos solicitar más muestras. Pero no había más, les dijeron. Estos peritos ya hicieron constar esta queja ante el tribunal.
Cientos y cientos de vestigios que los Tedax recogieron de los escenarios de la masacre se destruyeron, según reconoció el propio Sánchez Manzano durante su declaración. Pero tampoco llegaron a sus manos las disoluciones acuosas con las que la perito había lavado las muestras.
Es por esto, entre otras cosas, que la asociación presidida por Ángeles Domínguez les acusa de los delitos de falso testimonio, omisión del deber de perseguir delitos y encubrimiento por ocultación de pruebas.
La declaración del perito Antonio Iglesias, que también participó en la pericial y autor del libro Titadyn, prevista para este miércoles finalmente tendrá lugar el próximo 21 de octubre.