Me gusta esta persona; merecería ser nombrada Defensora del Pueblo, definitivamente, por defender los derechos de las mujeres policías, que están siendo vejadas y maltratadas por esos moros a los que el Corán enseña que una mujer vale poco más que un camello. ¿Dónde está, por cierto, la miembra Aído, esa monita de Zapatero, que no dice nada de esta agresión? ¿Es que vale más lo que pueda decir el moro?
La Defensora del Pueblo, por cierto, también recurrió la ley catalana que obliga a la inmersión lingüística de los inmigrantes en catalán.