La crisis del PP canario expone seis escaños a Rajoy, a dos meses de las elecciones
El Comité Regional del PP de Canarias decidirá esta semana sobre el nuevo director de la campaña electoral y secretario de Organización, tras la dimisión de Larry Álvarez como número dos del partido en las Islas, según han confirmado a Libertad Digital fuentes de la Dirección popular en las Islas. La crisis, a dos meses de las elecciones, expone la renovación de los seis escaños del PP por Canarias –cuatro por Las Palmas y dos por Tenerife– y su condición de fuerza política más votada en las Generales. La singular concentración de poderes en el dimisionario colaborador de José Manuel Soria ha vuelto irrelevante, en la práctica, el cargo de secretario general del PP canario, que desempeña la tinerfeña Pilar Merino.
(Libertad Digital) La Dirección del PP canario se reunirá "con carácter de urgencia" esta semana para designar al nuevo número dos del partido, tras la dimisión de Larry Álvarez Cardero como secretario de Organización, de Comunicación y como director de la campaña electoral.
Álvarez presentó su dimisión el pasado jueves, por discrepancias con la Dirección del partido sobre la calidad de los Presupuestos del Cabildo de Gran Canaria, institución en la que el ex número dos del PP dirige el Grupo Popular, actualmente en la Oposición.
El PP había indicado que el proyecto presupuestario del gobierno local de PSOE y Nueva Canarias es "malo para Gran Canaria", según explicó el presidente regional de los populares, José Manuel Soria. Consecuentemente, se esperaba un voto negativo del Grupo Popular, pero Larry Álvarez promovió dentro del Grupo la abstención y persuadió a once de los doce consejeros del PP en el Cabildo para que le secundasen.
Fuentes cualificadas del PP canario consultadas por Libertad Digital este miércoles han confirmado que el momento elegido por Larry Álvarez para representar su ruptura con José Manuel Soria, después de nueve años de estrecha colaboración, ha cogido por sorpresa a unas bases y cuadros intermedios habitualmente incomunicados con la Presidencia por el modelo de concentración de poder que Soria ha depositado en Álvarez, por quien el líder del PP canario dice seguir sintiendo "aprecio personal y político".
"Ha querido que se viera su desmarque de Soria, y ha elegido una votación sensible en el Cabildo de Gran Canaria, pero no se atreve a dar el paso definitivo y renunciar a su acta en el Cabildo", comenta un concejal del PP en Las Palmas de Gran Canaria.
Las últimas dos campañas electorales confiadas por Soria a Larry Álvarez han significado severos retrocesos para el PP. En las Generales de 2004, el tirón electoral de Soria evitó que el PSOE –que llevaba diez años en el ostracismo– se convirtiera en la fuerza más votada en las Islas, aupado por el clima de hostigamiento contra el PP desatado tras los atentados del 11-M.
Así y todo, el PP pasó de 7 a 6 escaños en las dos circunscripciones canarias. En las Elecciones autonómicas y locales del pasado mes de mayo, cuya campaña dirigió también Larry Álvarez, el PP ha pasado a ser la tercera fuerza política de Canarias en número de escaños parlamentarios, y ha perdido –a favor del PSOE– los bastiones del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo de Gran Canaria. Sólo el pacto con CC en el Gobierno regional mantiene una cuota de poder del PP en las Islas.
El mismo observador interno del PP consultado por LD cree que Soria "no ha cerrado bien la crisis, al dejar que Álvarez siga como portavoz del PP en el Cabildo", una situación que califica de "potencialmente explosiva, si el distanciamiento entre ambos va a más, como apunta".
Álvarez no sólo sigue como portavoz del PP en el Cabildo, sino como consejero en Puertos de Las Palmas. Su continuidad suscita preguntas, sobre todo porque Soria, que calificó la dimisión orgánica de Álvarez como "congruente", no ha hecho el menor intento de pedirle que renuncie también a sus cargos públicos.
La relación de Soria y Álvarez, una de las más estrechas de la vida política española durante la última década, está trabada por intereses familiares y por un exhaustivo conocimiento de la vida privada y de los detalles menos conocidos de la vida pública que cada uno tiene del otro.
Las mismas fuentes interrogadas por LD han señalado que en ese "marcaje de Larry a Soria puede estar la clave de que siga en todos sus cargos públicos, a pesar de un desafío tan evidente a la opinión del partido. Si así fuera, Soria se habría convertido en su rehén".
Recuerdan, además, cómo Larry Álvarez, en una entrevista concedida al diario La Provincia en 2005, "anunció que no estaría en política un segundo después de perder la confianza de José Manuel Soria", de cuya mano llegó al poder en 1999, primero como jefe de su Gabinete técnico y posteriormente, como secretario de Organización y Comunicación del PP canario.
La prensa local ha ubicado al dimisionario dirigente del PP, a partir de sus propios comentarios en público y en privado, en una corriente de opinión o sensibilidad interna que promueve el liderazgo de Alberto Ruiz-Gallardón en el PP.
El propio Álvarez no ha se ha mordido la lengua para discrepar en público de Mariano Rajoy. En julio, al comentar una propuesta del presidente del PP para que gobierne siempre la lista más votada, el ex secretario de Organización del PP canario señaló, en declaraciones a un canal de televisión: "Lo que diga Rajoy no es, ni mucho menos, palabra de Dios"
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