La CONVERSACIÓN de Rajoy y Gallardón

El líder del PP llegaba a la Carrera de San Jerónimo en torno al mediodía. Tras despachar, micrófono abierto, con los periodistas y saludar a los presidentes de las Cámaras, José Bono y Javier Rojo, ocupó su lugar en el salón de los Pasos Perdidos situándose a su derecha el alcalde de Madrid. No pararon de conversar.
 
Cerca de media hora estuvieron los dirigentes del PP hablando, y no precisamente del cumpleaños de la norma fundamental. Incluso se vio hacer algún aspaviento al líder de los populares. El dialogo sólo fue interrumpido con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero y el discurso posterior de José Bono.
 
Ya al inicio de los corrillos, el regidor madrileño optaba por huir de la prensa. “Hemos hablado de la Constitución y de esas cosas”, se limitaba a contestar.
 
Mariano Rajoy fue algo más extenso en sus declaraciones, si bien no citó el diálogo mantenido con Gallardón. El presidente de los populares habló de la situación de su partido, de la postergada  reunión con Zapatero y, sobre todo, de las últimas medidas anunciadas por el Gobierno.
 
De puertas para adentro, dijo que encara el almuerzo con los barones territoriales del PP, que se celebrará el próximo viernes once de diciembre, con la percepción de que todas las heridas internas ya han cicatrizado. “La situación es excelente”, zanjó respondiendo a una pregunta de Libertad Digital.
 
Los presidentes regionales del PP han sido, precisamente, los que han provocado, con su ausencia, la polémica más sonada en la Cámara Baja. Los socialistas no han dudado en hacer sangre sobre este asunto, aunque Rajoy optó por echar balones fuera: “Aquí estoy yo”.
 
Más clarificador se mostró en aquellas cuestiones referidas al PSOE. Sobre la crisis institucional en Baleares, Rajoy recuerda que el PP se quedó a las puertas de la mayoría absoluta, pero rehúsa hablar de elecciones anticipadas. Sobre la situación de Haidar, desvela que el Gobierno le tiene excluido y que no se ha puesto en contacto con él para conocer su opinión.
 
También se muestra muy crítico tanto con la Ley de Economía Sostenible como con la posibilidad del cierre de páginas webs. El negro retrato que Rajoy hizo del Gobierno contrastó con la buena salud que, según dijo, vive en estos momentos la formación que preside.