La bomba de ETA estaba compuesta por cinco kilos de explosivo y un temporizador
Siete agentes de la policía autonómica vasca han resultado heridos leves por la explosión de la bomba que ETA ha colocado este jueves en una sede socialista de Bilbao. La deflagración ha causado importantes daños materiales. Fuentes del Gobierno Vasco han informado que el artefacto estalló poco después de las 6:00 de la mañana y estaba compuesto por cinco kilos de explosivos así como un temporizador. Las reacciones se han sucedido a lo largo de toda la jornada.
L D (Agencias) ETA atentó este miércoles contra la Casa del Pueblo del barrio bilbaíno de La Peña, en la que colocó un artefacto explosivo de cinco kilos dotado con un temporizador, 15 días después de que la banda terrorista amenazara en su último comunicado del pasado 2 de abril, a los militantes socialistas. "¿No pensarán los militantes del PSOE que ETA se va a quedar de brazos cruzados viendo cómo, con toda impunidad, torturan a militantes vascos, los detienen, les imponen una condena de por vida e ilegalizan partidos políticos?", señalaba la banda.
La explosión tuvo lugar sobre las seis de esta mañana y provocó heridas leves a siete ertzainas que acordonaban la zona y ayudaban en las labores de desalojo, ninguno de los cuales precisó ser evacuado a un centro hospitalario. Algunos sufrieron contusiones, daños en los oídos o impactos de cristales provocados por la onda expansiva de la deflagración. Esta causó, además, graves daños materiales en los edificios colindantes a la sede socialista.
Sobre las cinco de esta madrugada, una patrulla de la Ertzaintza localizó un maletín sospechoso en la calle Ibaialde, a la altura del número 5, en el habían escrito con pintura blanca o tiza "Peligro bomba", por lo que procedió a desalojar los portales adyacentes y acordonar la zona.
La intensa lluvia que caía en esos momentos obligó a los agentes de la Policía vasca a desalojar a los vecinos y trasladar a medio centenar de personas a la estación de tren de La Peña, ataviados con prendas de dormir.
La llamada que avisaba de la colocación de una bomba en la Casa del Pueblo del barrio bilbaíno de La Peña fue realizada a las dos y media de la madrugada desde una cabina del núcleo urbano de Bilbao, tres horas después de que dos desconocidos encadenasen el maletín-bomba a la entrada de la sede socialista, informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
Desalojados
Las personas que tuvieron que abandonar sus casas fueron las que residen en el propio inmueble en el que se ubica la sede socialista, en número 5 de la calle Ibaialde y los edificios colindantes. El resto de vecinos, con las viviendas más alejadas, fueron conminados, por megafonía, a permanecer en los domicilios, guardar precauciones y situarse en el extremo opuesto a las ventanas de sus viviendas.
A las cinco y media de la madrugada, la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA) recibió una llamada en nombre de ETA advirtiendo de que a las seis un artefacto haría explosión cerca de la sede del PSE-EE. La bomba estalló a la hora señalada provocando lesiones leves a siete ertzainas y numerosos daños materiales en la sede socialista. También afectó a una peluquería adyacente, a 12 vehículos estacionados en el lugar y provocó la ruptura de una tubería de abastecimiento de aguas.
En interior de la Casa del Pueblo, un local de unos 100 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, presentaba importantes daños en su interior, ya que la bomba afectó al mobiliario y las máquinas ubicadas en la sede.
Cuantiosos daños
Los inmuebles cercanos a la Casa del Pueblo también sufrieron cuantiosos daños. Sus inquilinos no pudieron regresar a sus hogares hasta las diez de la mañana, y, cuando lo hicieron, constataron los destrozos en ventanas y persianas, y expresaron su hartazgo porque "éste no es el primer susto" y no se sabe "cuándo va a acabar esto".
Otra afectada aseguró que su casa quedó con los marcos de las ventanas desencajados y los cristales rotos. "Nos ha llamado la Ertzainta, nos han dicho salgan rápido, y hemos corrido, porque llovía...", recordó. Según su versión, el artefacto debió colocarse después de la una de la madrugada, porque "cuando acabó el partido" procedió a "tender la ropa" alrededor de esa hora. "Vi que los chicos de la Casa del Pueblo, que no abren los miércoles y tenían ese día cerrado, sacaban al perro a pasear y luego lo metieron. O sea, que tuvieron que poner la bomba a partir de la una", argumentó.
Otros vecinos desalojados se preguntaron "qué ganan ésos (los terroristas) con estas cosas". "Este verano –señaló una mujer– también en la campa pusieron otra. La verdad, no comprendo que hagan esos daños, que vamos a pagar todos, y gracias que no ha habido muertes, que es lo principal". "Ya es la segunda vez en poco tiempo que oímos un fuerte estruendo, de una bomba. Estábamos en la cama, y puedes imaginar la sensación", relató un matrimonio.
El propietario del bar de la Casa del Pueblo Tomás Meabe, objeto del atentado, explicó que se dirigía a recoger una mochila con enseres de trabajo cuando le comunicaron la colocación del artefacto. En el interior se encontraba su perro que, ante la imposibilidad de abandonar el local, resultó herido de carácter leve. "He estado esperando, porque tenía un pastor alemán dentro, he estado esperando hasta que ha estallado. Al perro le he llevado al veterinario y está herido, pero está bien", dijo.
Segundo atentado
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