LD (Agencias) "Me siento profundamente honrado por haber sido propuesto para el cargo de presidente federal de Alemania", dijo Koehler este jueves en una conferencia de prensa en la que, a renglón seguido, anunció que dimitía como director gerente del FMI.
El candidato de la oposición conservadora y liberal es un hombre alejado de la política de partidos. De 61 años y miembro de la Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU) desde 1981, Koehler es un político de carrera brillante al que siempre ha precedido su fama.
Antes de lograr la presidencia del FMI, cargo en el que todos esperaban que fuera reelegido para un segundo mandato el próximo mes de abril, Koehler había presidido durante dos años el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, y entre 1993 y 1998 fue presidente de la Confederación Alemana de Cajas de Ahorro.
Su labor como secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas del Gobierno del ex canciller Helmut Kohl le consagró ya entre 1990 y 1993 como personalidad del mundo internacional de las finanzas. Fue uno de los principales negociadores alemanes del Tratado de Maastricht de la Unión Económica y Monetaria Europea y representante personal de Kohl en la preparación de cuatro cumbres del G-7.
Otro de sus éxitos fue la negociación multimillonaria con Rusia de la retirada de las tropas del Ejército Rojo del antiguo territorio germano-oriental. Previamente había participado en las negociaciones para la unificación económica y monetaria entre las dos Alemanias. Por su posición en la CDU, siempre a una distancia más que prudente de las controversias internas, y por ser considerado un hombre discreto y objetivo, al canciller Gerhard Schroeder no se le atragantó el proponerle al frente del FMI, cuando la presión de EEUU lanzó por la borda la candidatura de su candidato, Caio Koch-Weser.
Si Koehler gana, para el FMI será doloroso desprenderse de un hombre que logró, sin llamar demasiado la atención, reformar esa institución y darle más transparencia y perfilarse como hombre de talante tan abierto que llegó a abrir el diálogo con los enemigos del fondo, los movimientos antiglobalización. Los orígenes de Kohler son humildes. Nació en una familia de campesinos de Skierbieszow (Polonia) que huyó al este de Alemania en 1943 y diez años más tarde al Oeste del país. Estudió Economía y Ciencias Políticas en la Universidad de Tubinga. Está casado y tiene dos hijos.
Su labor como secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas del Gobierno del ex canciller Helmut Kohl le consagró ya entre 1990 y 1993 como personalidad del mundo internacional de las finanzas. Fue uno de los principales negociadores alemanes del Tratado de Maastricht de la Unión Económica y Monetaria Europea y representante personal de Kohl en la preparación de cuatro cumbres del G-7.
Otro de sus éxitos fue la negociación multimillonaria con Rusia de la retirada de las tropas del Ejército Rojo del antiguo territorio germano-oriental. Previamente había participado en las negociaciones para la unificación económica y monetaria entre las dos Alemanias. Por su posición en la CDU, siempre a una distancia más que prudente de las controversias internas, y por ser considerado un hombre discreto y objetivo, al canciller Gerhard Schroeder no se le atragantó el proponerle al frente del FMI, cuando la presión de EEUU lanzó por la borda la candidatura de su candidato, Caio Koch-Weser.
Si Koehler gana, para el FMI será doloroso desprenderse de un hombre que logró, sin llamar demasiado la atención, reformar esa institución y darle más transparencia y perfilarse como hombre de talante tan abierto que llegó a abrir el diálogo con los enemigos del fondo, los movimientos antiglobalización. Los orígenes de Kohler son humildes. Nació en una familia de campesinos de Skierbieszow (Polonia) que huyó al este de Alemania en 1943 y diez años más tarde al Oeste del país. Estudió Economía y Ciencias Políticas en la Universidad de Tubinga. Está casado y tiene dos hijos.