LD (Agencias) José Antonio Griñán ha sido investido este miércoles presidente de la Junta de Andalucía, el cuarto de la historia de la autonomía andaluza, con el apoyo de los 56 diputados socialistas y el rechazo de los 53 de la oposición -PP e IU-, quienes ven en él el continuismo de la etapa de su predecesor Manuel Chaves.
Tras una votación nominal de los 109 parlamentarios autonómicos, Griñán ha sido investido nuevo presidente del Ejecutivo regional con los únicos votos del grupo socialista, que ostenta la mayoría absoluta de la Cámara, y el rechazo de los 47 parlamentarios del PP y de los seis del grupo de IULV-CA.
El hasta ahora vicepresidente segundo del Gobierno andaluz se convierte en el cuarto presidente electo de la Junta de Andalucía, tras los mandatos de Rafael Escuredo, José Rodríguez de la Borbolla y Manuel Chaves, quien cesó en su cargo para ocupar la vicepresidencia tercera de Gobierno de España.
Una vez elegido y felicitado por los líderes de la oposición y por sus compañeros de grupo, el nuevo presidente de la Junta declaró a los periodistas que se sentía "emocionado", especialmente por el equipo con el que ha trabajado durante su etapa como vicepresidente económico, algunos de cuyos miembros se integrarán en su Gobierno, según ha anunciado.
Durante el debate de investidura, que ha durado dos días, José Antonio Griñán ha insistido en ofrecer diálogo a la oposición para salir de la crisis económica, ya que ha señalado que lo que caracteriza a la democracia no es el Gobierno sino la oposición, pero lo que le da altura a la misma es "el consenso" entre todos.
Los esfuerzos del nuevo presidente para convencer de que representa el cambio que necesita Andalucía y de tender la mano para lograr consensos ante la crisis económica no han servido a los dos grupos de la oposición para despejar sus temores de que Griñán solo representa el continuismo de 19 años de mandato de Manuel Chaves.
Precisamente, el presidente del PP-A, Javier Arenas, durante su intervención, le ha advertido de que, al no haber sido votado en las urnas, "no se ha ganado" la Presidencia de la Junta, porque no se ha "pateado" los pueblos ofreciéndose como presidente y porque no tiene el depósito "de los liderazgos de la calle".
"Usted será un presidente tutelado. Ha llegado fácilmente al cargo, heredándolo y sin pagar el impuesto de sucesiones de las urnas. Nada mejor que tener un buen amigo", ha argumentado Arenas, quien ha lanzado un órdago al candidato para que se comprometiera a que las próximas elecciones autonómicas sean separadas de otras, algo que no fue respondido por el ya presidente de la Junta.
También el líder de IU, Diego Valderas, ha dudado de que se abra una nueva etapa en Andalucía, y ha declarado que en el discurso de investidura su grupo había visto "pocas cosas nuevas para generar ilusión", ya que "no cambia ni el rumbo ni la orientación de la economía" de la comunidad andaluza.