Lo dijo en declaraciones a TV3, el día en que cumple 80 años, después de que la Mesa del Parlamento catalán admitiera ayer a trámite una iniciativa popular, con los votos a favor de CiU, ERC e ICV-EUiA y en contra de PSC y PP, que busca celebrar un referéndum soberanista en Cataluña.
"El Parlament debe debatir sobre la independencia, otra cosa es lo que decida el país. Es perfectamente lógico y normal", afirmó Pujol, quien sostuvo que el catalanismo debe analizar si las relaciones dentro del marco español pueden rehacerse. De momento, destacó, la propuesta del Estado es "inaceptable".
Rechazó así que España imite el modelo centralizador francés y reconozca un solo poder político, económico y social, así como una sola lengua y cultura, aparcando la singularidad catalana. "Este es la propuesta que nos hacen, y no se puede aceptar", añadió Pujol, quien opinó que España debe cambiar mucho para que Cataluña pueda retomar el diálogo.
Por otra parte, al preguntársele si le preocupa que los casos del Palau y Pretoria salpiquen su legado, Pujol lo negó de forma tajante.
Desorientación general
Aseguró que en el ámbito europeo, español y catalán se vive una "desorientación" general ante la actual crisis económica, por lo que pese a destacar que se ha reaccionado demostrando que Europa existe.
Consideró que así se ha reflejado en el caso español, destacando que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "no manda" y actúa en función de lo que le dicta Europa. Además de instar a España a ser honesta y admitir que una parte importante de su progreso es gracias a los europeos, aseguró que ha gastado más de lo que podía.
"España no vende como marca"
"España está mal porque ha exagerado más que otros. Ha pasado de ser un país 'modestito', con complejos, a ser un país de primera, ostentoso. España ahora no vende como marca. Se lo ha creído demasiado", opinó
Respecto a Cataluña, negó que esté más desorientada que el resto del Estado pero "necesita encontrar el camino, que no será fácil".
Una vez superada la crisis, el ex presidente de la Generalidad llamó a hacer una gran reflexión para cambiar el modelo europeo vigente hasta ahora, teniendo en cuenta que cuando se elaboró había unas necesidades y unas circunstancias muy diferentes a las actuales.