La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha acudido a la sede del PSM para formalizar su candidatura a las primarias. En un extenso discurso, con constantes halagos a los afiliados y haciendo mención a su acento, se siente protagonista de "un partido que ha cambiado España en los últimos años". "Me siento orgullosa de ser socialista", espetó.
En este sentido, la precandidata socialista pidió un debate en el que haya "seriedad, sosiego y respeto". "Les debemos verdad, sólo así podrán votar en libertad", indicó la ministra. Una vez más, volvió a mostrar su cercanía a Lissavetzky, su famoso "tándem electoral", y tras citarle dijo que les une la "ilusión y la convicción".
En su intervención tampoco pudo faltar su acento, que levantó la polémica tras las palabras de un diputado regional del PP. Jiménez abogó por representar un partido y un proyecto que "defienda todos los acentos". Sin embargo, minutos después la ministra utilizó un tono emotivo y recordó que "llegué a Madrid hace 30 años pese a este acento que permanecerá conmigo el resto de mi vida". Evidentemente, tras estas palabras y sus continuos halagos, los presentes no pararon de aplaudir.
Tras asegurar que ella representa "al partido de los trabajadores", propuso la justicia social frente al deterioro público que, en su opinión, protagoniza el Ejecutivo de Esperanza Aguirre.