L D (EFE) El BNG había presentado una enmienda a esta propuesta en la que instaba al Gobierno a mediar entre las autoridades cubanas y la UE para restablecer el diálogo y las relaciones entre Europa y Cuba, rotas como consecuencia de la detención y condena en el país caribeño de 75 periodistas y disidentes en marzo de este año y la ejecución en abril de tres cubanos que secuestraron un barco para huir a EEUU. La enmienda propuesta por los nacionalistas gallegos fue rechazada por los grupos firmantes por considerar que la responsabilidad de la crisis es sólo del régimen castrista.
Por parte del Partido Popular, su diputado Gustavo de Arístegui defendió la posición de su grupo afirmando que este año se han producido en Cuba unos "gravísimos sucesos" en contra de los derechos humanos y para "aplastar el sentido democrático del pueblo cubano". Arístegui dijo también que la acusación del Gobierno de Cuba de que el Centro Cultural de España en La Habana servía de ayuda a la oposición política de la isla es "absolutamente falsa", y que el cierre obedece "a una reacción en contra de algo que se estaba convirtiendo en un referente de libertad y pluralismo para el pueblo cubano".
Para el diputado Luis Yáñez, que defendió la postura del PSOE ante esta proposición no de Ley, el Centro Cultural era una "ventana abierta por la que los cubanos veían la España Cultural libre y plural, y veían también otras cosas y no sólo las oficiales del régimen". El Gobierno castrista, continuó Yáñez, puso impedimentos al centro ya desde su inauguración en 1997, "siempre estuvo descontento e incómodo", y ahora pretende convertirlo "en un foco de propaganda y de adoctrinamiento como otros muchos que hay en Cuba".
José Luis Centella, diputado de Izquierda Unida, justificó su abstención afirmando que el Ejecutivo español no busca resolver los problemas con Cuba, sino "cumplir las directrices que el centro del imperio ha dado a nuestro presidente", en referencia a los Estados Unidos. Por su parte, Francisco Rodríguez, el diputado de BNG, admitió que el régimen de Cuba "tiene muchos defectos", pero destacó que no es "de los peores", como otros en los que tienen lugar más violaciones de los derechos humanos y con los que el Gobierno español mantiene buenas relaciones.
Por parte del Partido Popular, su diputado Gustavo de Arístegui defendió la posición de su grupo afirmando que este año se han producido en Cuba unos "gravísimos sucesos" en contra de los derechos humanos y para "aplastar el sentido democrático del pueblo cubano". Arístegui dijo también que la acusación del Gobierno de Cuba de que el Centro Cultural de España en La Habana servía de ayuda a la oposición política de la isla es "absolutamente falsa", y que el cierre obedece "a una reacción en contra de algo que se estaba convirtiendo en un referente de libertad y pluralismo para el pueblo cubano".
Para el diputado Luis Yáñez, que defendió la postura del PSOE ante esta proposición no de Ley, el Centro Cultural era una "ventana abierta por la que los cubanos veían la España Cultural libre y plural, y veían también otras cosas y no sólo las oficiales del régimen". El Gobierno castrista, continuó Yáñez, puso impedimentos al centro ya desde su inauguración en 1997, "siempre estuvo descontento e incómodo", y ahora pretende convertirlo "en un foco de propaganda y de adoctrinamiento como otros muchos que hay en Cuba".
José Luis Centella, diputado de Izquierda Unida, justificó su abstención afirmando que el Ejecutivo español no busca resolver los problemas con Cuba, sino "cumplir las directrices que el centro del imperio ha dado a nuestro presidente", en referencia a los Estados Unidos. Por su parte, Francisco Rodríguez, el diputado de BNG, admitió que el régimen de Cuba "tiene muchos defectos", pero destacó que no es "de los peores", como otros en los que tienen lugar más violaciones de los derechos humanos y con los que el Gobierno español mantiene buenas relaciones.