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Intervención de Maite Pagazaurtundua en Naciones Unidas

Intervención íntegra en la Conferencia especial sobre terrorismo de Maite Pagazaurtundua, hermana de Joseba Pagazaurtundua, asesinado por ETA.

Naciones Unidas, Nueva York a 22 de septiembre de 2003

Mi nombre es Maite Pagazaurtundúa Ruiz. Vengo del corazón de la vieja Europa. Tengo treinta y ocho años y dos hijas pequeñas de 2 y 6 años a las que no sé cómo explicar que debo vivir escoltada y que han asesinado a su tío.

Mi hermano fue asesinado por el grupo terrorista ETA el 8 de febrero de este año mientras leía el periódico. Un sábado por la mañana. Lo mataron simplemente porque no pensaba como sus asesinos. Mi hermano, como gran parte de los ciudadanos del País Vasco no deseaba la secesión de nuestra región, porque una secesión de España significaría un desgarro en el corazón de nuestra sociedad que es profundamente plural ideológicamente. La secesión significaría el desgarro de amigos con amigos, entre hermanos, de padres con sus hijos. Joxeba, mi hermano, como tantos otros no sentía conflictos entre su identidad local, vasca, y la española compartida con el resto de ciudadanos españoles.

Sus cenizas reposan en un panteón de forma secreta porque algunos de los familiares que tienen a sus muertos en él sienten miedo y temen que si lo desvelamos puedan poner una bomba allí. El miedo es poderoso. El miedo hace que una parte de nuestros vecinos y familiares no deseen verse afectados por la violencia que nos puede perseguir también después de muertos. Y esto no es una expresión retórica, los terroristas y sus amigos han llegado a pintar y destrozar las tumbas de algunas de sus víctimas. En el mes de enero del año 2001 pretendieron asesinar también a los familiares y amigos de un joven concejal vasco no nacionalista en el cementerio donde reposan sus restos. Sufrimos el zarpazo de la persecución perfectamente planificada, bajo una siniestra racionalidad que busca eliminar la expresión ideológica de una parte de la ciudadanía vasca y esto sucede en el corazón de la vieja Europa.
Lo que nos persigue no es el zarpazo irracional del terror en un mundo convulso, sino una violencia medida, la expresión perfectamente calculada de un tipo de fascismo político-ideológico que encuentra complicidades de fondo de doctrina en parte del nacionalismo vasco democrático del que se desgajó hace más de cuarenta años, para iniciar en 1968, hace 35 años, la vía del asesinato. El nacionalismo democrático del que se desgajó gobierna la región desde hace más de veinte años y le favorece el poder distorsionador del miedo que produce la estrategia del terror contra los no nacionalistas.

El terrorismo en España ha asesinado a más de 800 personas, entre ellas, niños y mujeres embarazadas. Ha dejado heridas y con secuelas a miles de personas. En estos momentos son varias decenas de miles de personas las directamente amenazadas, lo están los jueces, todos los policías y militares, los escritores e intelectuales críticos con el nacionalismo, periodistas y también todos los cargos públicos no nacionalistas, toda la oposición política regional, hasta el más humilde electo local. Hay cerca de dos mil personas protegidas con escolta pero miles salen de casa con temor cada día.

Durante los primeros años de actividad de ETA esta organización tuvo algún tipo de comprensión de una parte de la sociedad, porque su inicio de actividad coincidió con los últimos años de la dictadura franquista. Pero con la llegada de la libertad descubrimos que ETA mataba cada vez más, y entre los que no abandonaban el nacionalismo violento, que fueron muchos, entre ellos mi propio hermano, lo que perduró fue la violencia para conseguir su objetivo de secesión política por la fuerza y una amenaza a la propia democracia.

A mi hermano lo asesinaron hace siete meses, pero desde fines de 1994 fue informado por la policía del peligro que corría y desde entonces su vida, la de su esposa y sus dos hijos pequeños, la de su madre, la de nosotros, sus hermanos, fue muchas veces un infierno. Antes de asesinarlo le quemaron el coche dos veces, atacaron con cócteles incendiarios su vivienda. Y un militante de la organización que ahora es ilegal, Batasuna, lo golpeó y amenazó de muerte seis meses antes de que le descerrajasen varios tiros en la cabeza una mañana de sábado mientras leía el periódico.

En la pequeña localidad de 15.000 habitantes donde vivía, sus compañeros también llevan años perseguidos como él. Y el 7 de mayo de 2000 asesinaron allí a un querido amigo, un veterano antifranquista, columnista en un diario regional. Los terroristas y su base de apoyo político quieren quebrarnos por dentro para que desistamos y para que los convecinos permanezcan mudos. La mayoría de las agresiones en esta pequeña localidad, debo subrayarlo, sucedieron durante el periodo de gobierno local de Batasuna, hoy ilegalizada por su relación con el terrorismo de ETA. Sin embargo el gobierno nacionalista de nuestra región ha apoyado moralmente a Batasuna y se ha mostrado contrario a su ilegalización. Con el dinero de nuestros impuestos El gobierno nacionalista de nuestra región financia cada año los viajes de los familiares de nuestros asesinos, a las cárceles donde cumplen condena. El gobierno nacionalista de nuestra región pactó con los terroristas durante el verano de 1998 nuestra exclusión institucional y social aceptando el delirante argumento de que "somos enemigos de la construcción de Euskal Herria", que es como denominan al estado que desean edificar desgarrando a nuestra sociedad por la mitad.

ETA invoca de forma continuada el derecho de autodeterminación de los pueblos y desde hace pocos años, el gobierno nacionalista de nuestra región también lo hace, pero omiten de forma interesada el marco de tal derecho. Esa doctrina de la ONU trae razón de lo aprobado en la sesión plenaria de su Asamblea General, el 14 de diciembre de 1960, en la que se instituyen dos principios. Uno, "la necesidad de dar rápida e incondicionalmente fin al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones" hecho que no se da entre nosotros; y, segundo, la aclaración expresa, en el punto 6 y penúltimo, de que "toda tentativa encaminada a destruir parcial o totalmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas".

Como víctima del terrorismo reclamo que se anteponga el amparo a los perseguidos, a nosotros los vascos no nacionalistas y que en tanto suframos esta persecución se desechen los planes de secesión encubierta o explícita. Y puesto que la responsabilidad debe exigirse a cada cual según su posición, a mayor fuerza institucional, gubernativa y legislativa, mayor exigencia de responsabilidad. Y en asuntos que atañen a la doctrina jurídica internacional debemos exigir seriedad y rigor jurídico.
ETA está hoy débil. Todas nuestras policías están realizando un trabajo ejemplar. En estos mismos momentos dos agentes de la policía autonómica vasca sufren en un hospital los horribles estragos del último ataque terrorista. ETA está débil, pero está decidida a matar y resulta imprescindible pedir desde aquí que hagamos frente al miedo. Y pedir ayuda internacional para que no existan resquicios donde los terroristas puedan anidar.

En el País Vasco tenemos dos lenguas oficiales, el castellano y la lengua vasca. Permítanme que lea unas palabras en esta hermosa lengua vasca nuestra. Las palabras de un gran poeta, Xabier Lete.

"Eta negar eginen dugu basakeriak urratu zituenengatik
Ezin diegulako itzuli behin ezaugarri zuten duintasun apala;
Haiek, gela hertsietan oinazearen gailurrera eramandakoek
Auhen luzearen kondenazioa isiltasunetik digute zuzentzen"

"Y lloraremos por aquellos que desgarró la barbarie
porque nos es imposible retornarles
la humilde humanidad que de suyo tenían;
aquellos, los que a la cúspide del dolor
fueron arrastrados en habitaciones cerradas,
desde el silencio nos dirigen la condena de un largo alarido"


En nombre de todos los que han sufrido la tortura en vida y han sido muertos. De los asesinados que confiaban que el día de su muerte sería un día como otros. De los asesinados que fueron y son ignorados. De los que sufrieron la ignominia después de muertos. En nombre de sus familias, de sus amigos atendamos las voces de las víctimas, su historia. Nos piden verdad, nos piden memoria, nos piden justicia, nos piden edificar la libertad para las generaciones venideras. Nos piden que entendamos nuestra pluralidad cultural e ideológica como nuestra gran riqueza, como lo que podemos aportar a la humanidad. La última vez que hablé a solas con mi hermano, él me llevaba en coche fuera del País Vasco para preparar un examen de derecho internacional. En aquel viaje le hablé del prólogo de la carta de las Naciones Unidas que dice:

"Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas. Resueltos A preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que por dos veces durante nuestra vida ha infligido a la humanidad sufrimientos indecibles. A reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas."

En nombre de las víctimas del terrorismo en España, en nombre de sus familias, en nombre de los miles de perseguidos les ruego que estimen el terrorismo como una de las formas de sufrimiento indecible para los seres humanos, para sus derechos fundamentales, para su dignidad. Muchas gracias, Mila esker gaur terrorismoaren biktimen hitza aditu izanagatik, mila esker eta ohore, bertaratutako jaun andereak.

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