La Gaceta y La Razón explicaban este miércoles, basándose en informaciones facilitadas por fuentes policiales, que las agentes destinadas en la frontera ahora prestan servicio en zonas menos conflictivas, como el puerto, el más tranquilo paso de Farhana, el barrio chino o el aeropuerto.
La medida contrastaba vivamente con el declarado feminismo del presidente y se interpretaba como una forma de calmar la situación en los días previos a la visita de Rubalcaba a Rabat. Según se indicaba, no existía orden escrita pero fuentes policiales indicaron que ninguna de las nueve agentes prestó servicio en la zona en el día de ayer. La Gaceta apuntaba a una retirada paulatina. "Parece que las quieren quitar de en medio para no crear conflicto", explicaban dichas fuentes.
Tras la publicación de estas noticias, la Delegación del Gobierno de Melilla emitió una nota negando la cesión del Ejecutivo, desmintiendo "rotundamente" que las funcionarias del Cuerpo Nacional de Policía hayan sido retiradas del servicio de fronteras entre la ciudad autónoma y Marruecos.
Añade que "se mantienen con los mismos criterios de siempre la disposición de los servicios de seguridad y control establecidos en los distintos puestos fronterizos melillenses".
El desmentido, sin embargo, esconde alguna trampa. Según han explicado fuentes de la CEP a LD, si bien no ha habido una retirada "como tal" de las mujeres policía, sí se han producido "traslados dentro de la normalidad", según "las necesidades del servicio", a otros puestos considerados más tranquilos que Beni-Enzar, epicentro del conflicto. Por ello, en algunos turnos se ha dado una "menor presencia" de los agentes.
Para el sindicato de policía, se trata, en cualquier caso, de un "signo" de cara a Marruecos y advierten que cualquier señal de este tipo que se esté dispuesto a dar en estos momentos de crisis con el país vecino supone un "signo de debilidad".