L D (Europa Press) Balza, entrevistado en RNE, ha confirmado que la unidad de explosivos "ha entrado con las primeras luces de la mañana" en la estación "para hacer una evaluación y registro material del explosivo que se ha podido utilizar para poder determinar si estamos ante un atentado de kale borroka o ante una actuación de ETA por la dimensión de la catástrofe que se ha producido".
El consejero ha matizado que no se ha tratado de un ataque con cócteles molotov sino de la explosión de un artefacto explosivo; "un atentado muy importante porque tiene una afectación directa a la vida de la ciudadanía, que afecta al servicio de viajeros en una zona en la que se mueve mucha población". De las primeras pesquisas policiales ha apuntado que "parece que puede haber algún indicio que puede abrir una línea de investigación" y ha mostrado su esperanza en que se obtengan resultados "positivos con la detención de los responsables".
Javier Balza se ha preguntado "para qué sirve esto, a dónde nos conduce" y si esto no lleva "a quienes defienden la violencia a un callejón sin salida porque ningún parámetro político, ningún posicionamiento de los partidos democráticos se va a modificar, antes al contrario, por el hecho de que unos desalmados hagan este daño en una infraestructura pública y necesaria". De las causas inmediatas del ataque contra la estación de Luchana, en Baracaldo, ha lamentado que estemos "en presencia de la demostración más palpable del efecto de la violencia en Euskadi y de cómo los primeros afectados y los primeros que lo sufren son los ciudadanos normales que tienen que convivir con esta actuación lamentable".
Finalmente, la Ertzaintza ha descartado la autoría de ETA en la colocación del artefacto explosivo, según confirmaron a Europa Press fuentes del Departamento de Interior del Gobierno vasco. Las mismas fuentes precisaron que el artefacto era casero, y fue rociado, posteriormente, con gasolina. Los autores del ataque, que se produjo a las doce y media de la pasada noche, colocaron el artefacto en el interior del edificio de la estación de Renfe y, para ello, forzaron la puerta de entrada.