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Ibarretxe esgrime las promesas de ZP a Maragall para demandar "valentía, además de sonrisas"

En los cursos de verano de El Escorial, Juan José Ibarretxe no ha tenido difícil insistir al Gobierno en su demanda de independencia. El principal argumento se lo brindó el propio Zapatero cuando aún no era presidente, al prometer a Maragall –en plena campaña autonómica– acatar lo que el Parlamento catalán aprobara. Ahora Ibarretxe apela al talante y pregunta cuál es la diferencia entre Cataluña y el País Vasco. Lo dijo con claridad, hace meses, Carod Rovira: pedimos lo mismo.

L D (EFE) El lehendakari, Juan José Ibarretxe, pidió este miércoles al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "valentía política, además de sonrisas" para alcanzar un acuerdo de relación entre el País Vasco y el Estado español, y advirtió de que, sin duda, el Plan Ibarretxe será votado por el pueblo vasco.
 
Durante su participación en el curso de verano de El Escorial sobre "Nacionalismos del siglo XXI", señaló que "es de agradecer haber pasado del patriotismo constitucional a defender la necesidad de la reforma del Estado", aunque advirtió de que habrá que "desalambrar el camino andado y el recorte de libertades que impuso el PP y que, en muchos casos, contó con el apoyo o el silencio del PSOE".

La alusión a las promesas de Zapatero a Maragall no fue la única cita al presidente del Gobierno. También coincidió con una reflexión de Zapatero en la que aseguraba que al terrorismo no se le puede combatir con guerras sino profundizando en sus causas, planteamiento que utilizó para señalar que el camino para llegar a una sociedad vasca en paz "no puede ser otro que el acuerdo político, y no con técnicas de aplastamiento de unos y otros".

Así que, con los citados antecedentes, Ibarretxe afirmó: "El pueblo vasco se va a pronunciar con una consulta democrática sobre el proyecto que decida su Parlamento", eso sí, "en ausencia de la violencia de ETA". Añadió que esa consulta deberá ser ratificada "en el conjunto de los territorios históricos vascos", y aunque precisó que para su aprobación "no he establecido ningún porcentaje", estimó que debería mejorar los porcentajes de apoyo del 30 por ciento que tuvo en su día la Constitución y del 53 por ciento que logró el Estatuto de Gernika.

A la pregunta de a qué está dispuesto a renunciar para que el proyecto salga adelante contestó que "el único límite de renuncia será el que marque el Parlamento vasco", y consideró que lo fundamental es "nadie puede aplicar unilateralmente su decisión, ni de la unidad de España ni de independencia de Euskadi".

Concluyó con su habitual amenaza: "Los vascos nunca formaremos parte de un proyecto que no tenga en cuenta nuestra identidad", por lo que –añadió–, "no hay solución si no se respeta la voluntad de la sociedad vasca".

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