LD (Efe) El lehendakari, Juan José Ibarretxe, abogó este sábado por hacer de los derechos humanos un "terreno sagrado" y por no repetir los errores del pasado en el futuro, cuando los ciudadanos tendrán que "mirarse a los ojos sin el muro de distorsión de la violencia".
Ibarretxe hizo estas declaraciones en Oñati (Guipúzcoa) durante el acto de inauguración del Centro franciscano por la Paz de Aránzazu, Baketik, en el que también intervino el ex director general de la Unesco y presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza.
El lehendakari insistió, durante su intervención, en que la sociedad vasca no puede construir el proceso de paz y normalización sobre el olvido, ya que, según indicó, reconciliación no significa "amnesia".
Apostó por mirar al pasado para tener memoria crítica y por mirar al futuro con la voluntad de respetarnos como semejantes a pesar de que los "muros" sean grandes y las "heridas devastadoras".
Advirtió de que los vascos no tienen miedo al fracaso, buscarán los "caminos" y, en el caso de no encontrarlos, los inventarán.
Consideró que un principio ético global es aprender a mirar al otro como a un ser humano lo que, en su opinión, es aún una "gran asignatura" pendiente.
Pensar así requiere, a su juicio, reconocer y compartir el sufrimiento de los demás y actuar para paliarlo como si fuera nuestro.
Ibarretxe expresó, por último, su satisfacción por la puesta en marcha de este centro de Aránzazu que será un "punto de apoyo fundamental" que ayudará a la sociedad vasca a recorrer el camino "ilusionante de la reconciliación y la paz".
Ibarretxe hizo estas declaraciones en Oñati (Guipúzcoa) durante el acto de inauguración del Centro franciscano por la Paz de Aránzazu, Baketik, en el que también intervino el ex director general de la Unesco y presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza.
El lehendakari insistió, durante su intervención, en que la sociedad vasca no puede construir el proceso de paz y normalización sobre el olvido, ya que, según indicó, reconciliación no significa "amnesia".
Apostó por mirar al pasado para tener memoria crítica y por mirar al futuro con la voluntad de respetarnos como semejantes a pesar de que los "muros" sean grandes y las "heridas devastadoras".
Advirtió de que los vascos no tienen miedo al fracaso, buscarán los "caminos" y, en el caso de no encontrarlos, los inventarán.
Consideró que un principio ético global es aprender a mirar al otro como a un ser humano lo que, en su opinión, es aún una "gran asignatura" pendiente.
Pensar así requiere, a su juicio, reconocer y compartir el sufrimiento de los demás y actuar para paliarlo como si fuera nuestro.
Ibarretxe expresó, por último, su satisfacción por la puesta en marcha de este centro de Aránzazu que será un "punto de apoyo fundamental" que ayudará a la sociedad vasca a recorrer el camino "ilusionante de la reconciliación y la paz".