El diario pregunta a Griñán si los múltiples frentes abiertos contra la Junta significan un fin de ciclo, una situación similar a la vivida por Felipe González en el 96. Y según él, es una sensación que no tuvo "entonces" y tampoco "ahora". Es más, su diagnóstico es que "en 1996, si hubiésemos tenido más confianza, habríamos ganado". "Muchas encuestas quieren robarnos la voluntad", asegura. Líneas más abajo deja caer una frase mucho más significativa: "cuando uno está mucho tiempo, es muy difícil irse":
Niega que la Junta permitiera y amparase los ERE fraudulentos. De modo que "supone" que el director general responsable de los mismos, que estuvo nueve años en su cargo no estaba al tanto de los mismos. Los informes que advertían reiteradamente de los mismos "no" son motivo suficientes para que saltasen las alarmas, por lo que él no tiene responsabilidad política en el caso. "Esta conclusión está en un informe largo y no vinculante", justifica.
De modo que, "tajantemente", el propio Griñán no estaba al tanto de las irregularidades. "A lo que dice la juez en el auto, responderemos en términos jurídicos", amenaza. "Si la juez insinúa que aquí se pueden enmendar actas me parece una acusación muy grave. Pero lo que tenga que decir, se lo dirá el Gobierno jurídicamente".
Y sigue: la dimisión del consejero Luis Pizarro es simplemente "inconcebible" y el propio Griñán nunca podría haberla previsto. Y sobre la figura de Chaves, con el que mantiene una guerra abierta en el seno del PSOE andaluz, se limita a decir que "está siendo utilizado por alguna gente como paraguas para sus intereses particulares".
La discusión entre el ex presidente de la Junta y el que ahora ocupa su cargo está relacionado con la posible destitución de la alcaldesa de Jerez, proceso que Chaves inició a espaldas de Griñán y que éste se encargó de frenar personalmente. "Chaves me ha dicho, y no tengo por qué no creerle, que le dijo al secretario general de Cádiz que yo tenía que estar informada".
Griñán sigue defendiéndose como gato panza arriba y se hace la víctima. "He oído y leído comentarios que si yo hubiera tenido la piel fina no habría podido aguantar. Nos han llamado golfos y sinvergüenzas. Me parecen lamentables los linchamientos políticos que se producen en este país".