Griñán niega al PP el uso de la Cartuja para su Convención Nacional mintiendo al decir que nunca allí se han celebrado actos así.
Javier Arenas le ha llamado sectario y ha hundido más la daga florentina en la herida al decir que ni el ex presidente Rafael Escuredo ni el ex presidente Pepe Rodríguez de la Borbolla hubieran negado el espacio de la Cartuja para un acto importantísimo para el Partido Popular y para el conjunto de la nación como es la convención nacional, máximo órgano entre Congresos, que se celebra la próxima semana en Sevilla. Incluso Chaves no se hubiera atrevido a prohibirlo.
Pero ese es el menor de los problemas para José Antonio Griñán porque el problema fundamental es que ha mentido cuando ha afirmado que el Monasterio de la Cartuja no ha servido nunca de marco a actos políticos sino sólo a actos administrativos o culturales. Y luego, cómo no, ha despreciado el derecho y la libertad política del PP para reunirse en lugares públicos que, al parecer, son de uso privado para la Junta y el PSOE.
La mentira es tan flagrante que salta a la vista en la foto que aporta el diario ABC de Sevilla y que encabeza este artículo. En ella, como puede comprobarse fácilmente, la cúpula del PP está reunida en una de las dependencias de la Cartuja en el año 2002. En la instantánea, puede verse a toda la cúpula del PP andaluz, la entonces presidenta Teófila Martínez, el secretario general, Antonio Sanz y todos los altos cargos del partido en unas jornadas sobre "Convergencia y Progreso", lema que aparece en el cartelón instalado para tapar las columnas de la Iglesia del Monasterio, como puede apreciarse.
Por si fuera poco, el Monasterio de la Cartuja es utilizado por la Junta, lo que es siempre un acto político y no meramente administrativo. Javier Arenas, subraya ABC, consideró que es "tan infantil como antidemocrático" y recordó que su partido ha utilizado en más de una ocasión el recinto de la Isla de la Cartuja, por lo que ahora no se entiende la negativa.
Más duro en su papel estuvo el secretario general del PP-A, Antonio Sanz, que afirmó que "Griñán no dice la verdad ni cuando la evidencia le desmiente", y anunció que le remitirá las pruebas documentales de los actos políticos celebrados en el Monasterio. El dirigente popular manifestó que "Andalucía no merece un presidente que veta un lugar público para un acto democrático" y le pidió que rectifique.
Paulino Plata, el inductor de la mentira de Griñán
Este nuevo incidente ha pasado por la "cocina", al parecer muy deficiente, del nuevo Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, ex consejero de Turismo y ex candidato derrotado en las elecciones municipales de Marbella, Paulino Plata.
El mismo ha reconocido que preguntó "acerca de si se había utilizado anteriormente el Monasterio para algún acto político y me dijeron que no, que allí no se había celebrado ningún acto de ningún partido en ningún momento". Pues está claro que o el que le informó le ocultó la verdad o se la dijo. Si le ocultó la verdad la consecuencia ha sido un error descomunal de la Junta que viene a sumarse a la respetable masa de equivocaciones que ha cometido el gobierno de Griñán desde su entronización de la mano de Manuel Chaves.
Si no ha sido un error, sino aprovechar una mentira para obstaculizar la presencia del PP en espacios públicos relevantes, el tiro le ha salido por la culata porque el PP no se ha callado sino que ha reaccionado enérgicamente.
El PP ya ha pedido una rectificación o de lo contrario, habrá de considerarse que no ha sido un error sino una mentira utilizada para impedir la presencia del PP en un edificio público lo que, en una democracia normal, es un ataque sin precedentes a las libertades políticas.