(Libertad Digital) El juez Grande Marlaska coincide con el presidente del Consejo General del Poder Judicial en que Garzón tiene "suficientes tablas" para que no le intimiden las críticas. El magistrado, aunque no ha querido pronunciarse sobre la petición de amparo de su compañero, cree que todos los jueces necesitan ser respetados en el ejercicio de su función jurisdiccional. Y ha querido matizar: "El juez Baltasar Garzón y todos los demás".
Nada ha dicho de forma expresa sobre su postura ante el amparo pedido por Garzón. Ha preferido hablar de su experiencia como sustituto del juez para dejar claro que él, en el mismo puesto, nunca se ha sentido presionado. Sí "protagonista" pero "nunca presionado".
Las tablas de Garzón
Marlaska sí que ha hecho referencia a las palabras del presidente del CGPJ que apuntó que Garzón había llevado casos muy importantes como para sentirse perturbado por las opiniones que viertan sobre él. Como Francisco José Hernando, Marlaska ha admitido que "tablas suficientes evidentemente tiene" aunque "que se sienta o no perturbado es algo subjetivo de cada uno y no voy a entrar".
Poco antes de intervenir en las III Jornadas de Comunicación y Justicia, organizadas por el CGPJ en Las Palmas de Gran Canaria, también incidía en que para que los jueces sean responsables de sus actos, primero deben ser "respetados por el conjunto de los poderes públicos y el conjunto de la ciudadanía".
Las dos velocidades de jueces y prensa
Ya en la mesa redonda sobre las "Luces y sombras en las relaciones de la Justicia con los medios de comunicación", Grande Marlaska ha aludido a las "dos velocidades" con las que se mueven Justicia y medios de comunicación. Según ha expuesto, la prensa exige avanzar porque tiene que informar y, al margen del servicio público que presta, pertenece a una empresa que tiene un interés empresarial. En cambio, los jueces se mueven en otros parámetros, según el momento procesal.
Al ser preguntado si había preparado estas palabras pensando en el 11-M, el magistrado ha explicado que "es el proceso estrella actual mediático", pero que tenía en mente otros casos, como el Arny, en el que los testigos declaraban ante el juez e inmediatamente después ante los medios de comunicación, y en el que se realizó un juicio paralelo.