L D (EFE) Gotzone Mora fue la protagonista de un acto de homenaje en Getxo organizado por la Fundación para la Libertad, después de que el diario Gara, habitual portavoz de ETA, la acusara de "delatora del Ministerio del Interior en la UPV". El acto, en el que se otorgó una placa al delegado del Gobierno en Vitoria, César Velasco, fue presentado por el ex secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, y congregó a numerosas personalidades de plataformas cívicas como Vidal de Nicolás, Teo Uriarte o Iñaki Ezquerra.
En su intervención, Gotzone Mora denunció la existencia de numerosos privilegios para los presos de ETA, como la subvención de su matrícula, todo el material de estudios y tres libros por asignatura, para subrayar que se trata de ayudas que "no tienen ni las familias más necesitadas". Asimismo, denunció presiones a los profesores por parte del entorno radical para permitir que los presos de ETA aprueben las asignaturas sin examinarse, al desvelar que "a muchos compañeros les han venido al despacho aconsejándoles que no se empeñen en examinar, que había otra forma de pagar el impuesto revolucionario".
Mora aseguró que ella misma tuvo un encuentro con un alumno etarra, preso en París, de quien recibió presiones, "que llevaba la segunda carrera universitaria y el primer examen que hacía era el mío". Mora responsabilizó de los privilegios a los etarras al rector de la Universidad del País Vasco, Manuel Montero, al acusarle de tener "tanto miedo" que "no puede con su alma" y le culpó de "plegarse a los sectores nacionalistas universitarios, a pesar de contar con el apoyo en su elección de los constitucionalistas".
Por su parte, Nicolás Redondo Terreros ensalzó la "lucha de Gotzone Mora por la libertad y la democracia" llevada a cabo en la universidad, "el tejido más sensible y la piedra angular de ETA". El ex secretario general de los socialistas vascos aplaudió la ilegalización de Batasuna al destacar que con ella "estamos ganando la batalla definitiva contra ETA" y que "nunca hemos estado en una posición tan buena", para criticar a continuación a los que llamó "los agoreros del caos", que pronosticaban "severas consecuencias" tras la ilegalización.
"Decían que los cócteles (molotov) iban a estar a la orden del día y que la integridad física dependía de la ilegalización. Casi nos decían que no hiciéramos nada para no despertar a ese monstruo", dijo, "y, sin embargo, no ha pasado nada".
En su intervención, Gotzone Mora denunció la existencia de numerosos privilegios para los presos de ETA, como la subvención de su matrícula, todo el material de estudios y tres libros por asignatura, para subrayar que se trata de ayudas que "no tienen ni las familias más necesitadas". Asimismo, denunció presiones a los profesores por parte del entorno radical para permitir que los presos de ETA aprueben las asignaturas sin examinarse, al desvelar que "a muchos compañeros les han venido al despacho aconsejándoles que no se empeñen en examinar, que había otra forma de pagar el impuesto revolucionario".
Mora aseguró que ella misma tuvo un encuentro con un alumno etarra, preso en París, de quien recibió presiones, "que llevaba la segunda carrera universitaria y el primer examen que hacía era el mío". Mora responsabilizó de los privilegios a los etarras al rector de la Universidad del País Vasco, Manuel Montero, al acusarle de tener "tanto miedo" que "no puede con su alma" y le culpó de "plegarse a los sectores nacionalistas universitarios, a pesar de contar con el apoyo en su elección de los constitucionalistas".
Por su parte, Nicolás Redondo Terreros ensalzó la "lucha de Gotzone Mora por la libertad y la democracia" llevada a cabo en la universidad, "el tejido más sensible y la piedra angular de ETA". El ex secretario general de los socialistas vascos aplaudió la ilegalización de Batasuna al destacar que con ella "estamos ganando la batalla definitiva contra ETA" y que "nunca hemos estado en una posición tan buena", para criticar a continuación a los que llamó "los agoreros del caos", que pronosticaban "severas consecuencias" tras la ilegalización.
"Decían que los cócteles (molotov) iban a estar a la orden del día y que la integridad física dependía de la ilegalización. Casi nos decían que no hiciéramos nada para no despertar a ese monstruo", dijo, "y, sin embargo, no ha pasado nada".