González, al PSOE: "Cuando las cosas van mal, militancia pura y dura"
Expectación y entusiasmo, al menos en apariencia. Felipe González tomó la palabra en el acto de celebración de los cien años de socialismo en el Congreso. Y no decepcionó a los suyos. Su cometido, levantar los ánimos del PSOE. Lanzó varios mensajes. En uno de ellos se ofrecía de nuevo al partido.
Los actos de conmemoración del centenario del grupo parlamentario socialista no han podido llegar en horas más bajas para el Gobierno y para el propio partido: con las encuestas dándoles la espalda y con cada vez más voces críticas internas.
Es por esto que la celebración ha estado centrada en subir los ánimos entre las filas socialistas, mostrarse orgullosos de su pasado y lanzar un mensaje de unidad. La presencia clave, más allá incluso del propio Rodríguez Zapatero, era la de Felipe González. La expectación era máxima sobre todo tras las últimas declaraciones polémicas del ex presidente (“rectificar es de sabios y de necios hacerlo a diario”) Y no defraudó.
Cientos de socialistas, tanto ex parlamentarios como los representantes actuales del Congreso y del Senado, junto a miembros del Gobierno y ex ministros, se han dado cita en la Cámara Baja este jueves para glosar la figura de Pablo Iglesias y rendir homenaje a su pasado común.
La asistencia ha sido masiva y en la sala Ernest Lluc no cabía un alfiler. Los actos han estado marcados por la intervención matutina del presidente del Congreso, José Bono; el que fue primer presidente socialista de las Cortes, Gregorio Peces Barba; el primer portavoz del grupo tras la recuperación de la democracia, Alfonso Guerra, el actual, José Antonio Alonso, y el secretario general del mismo, Eduardo Madina.
Por la mañana, poca presencia de ministros: sólo Blanco y Rubalcaba, que no han atendido a la prensa. Ya por la tarde, con el plato fuerte de las intervenciones de González y Zapatero, alguno más ha acudido: Caamaño, Trinidad Jiménez, Moratinos, Chaves o Beatriz Corredor. Sí han estado ex ministros como Carlos Romero, Ángeles Amador, Juan Manuel Eguiagaray, José Barrionuevo o José Luis Corcuera.
También han acudido a la sesión vespertina el ex presidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias y el ex ministro Narcís Serra. Así como ex ministros como Carlos Solchaga, Javier Solana o Luis Martínez Noval.
Posado sonriente y ovaciones
Con media hora de retraso, el momento más esperado llegaba: al final del pasillo aparecía un sonriente Rodríguez Zapatero. Detrás de él, Felipe González. Ninguno ha querido contestar a las preguntas de la prensa. Eso sí, ambos han posado junto al cartel de Pablo Iglesias.
Una ovación de varios minutos inauguraba la sesión de tarde. En la mesa de oradores se encontraban el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, el presidente del Gobierno y Felipe González, sentado codo con codo con Zapatero
"Cuando el partido va mal yo me siento más disponible"
A Felipe González le costó comenzar su discurso por los enfervorezidos aplausos. "Es obvio que me alegro de estar aquí, es tan cómodo...". "Una de las cosas que he aprendido es que este partido se mueve mucho más" cuando atraviesa dificultades, que cuando "vivimos una época de bonanza, entonces nos hacemos menos responsables", dijo Felipe.
A continuación lanzó un mensaje claro de ofrecimiento al partido y al Gobierno. Era consciente de que sus palabras se iban a interpretar, pero no sólo no le importó sino que quería que así fuera. Anunció que iba a hacer una "declaración de principios", que se malinterpretaría, "y quiero que se interprete mal": "Cuando el partido va bien, el país va bien, a mí me cuesta menos trabajo tomar distancias, pero cuando el partido va con dificultades porque el país va con dificultades yo me siento más próximo y más disponible". "Cuando las cosas van mal, militancia pura y dura, sin renunciar a decir lo que pienso", remató González.
Felipe González no desperdició esta ocasión para hacer su particular repaso global de la economía: sus causas, sus antecedentes a nivel global, así como para ofrecer sus recetas y soluciones a Zapatero, aprovechando que lo tenía sentado al lado, entre ellas afrontar la "reforma del sistema financiero ya porque ya se está incubando la siguiente crisis financiera".
"Tenemos unas cifras jodidas" o "sí, estamos mal", fueron algunas de las afirmaciones que pronunció el ex presidente socialista, aunque añadió que "la mayor desgracia que le podía pasar al país es dejarlo en manos de estos irresponsables", en alusión, claro, al PP. Acto seguido se dirigió de manera directa a Zapatero: "José Luis, tenemos dos años".
"Vamos a taparnos la yugular y a trabajar"
Pero González achacó al Gobierno y al PSOE también problemas de comunicación, de no saber transmitir su mensaje con claridad a los ciudadanos. "Es necesario que se movilice el partido" para explicar las políticas económicas. "Ya no vale hablar de derechos sino de obligaciones". "Hay que explicar las cosas como son", insistió González. Es más, recordó a los socialistas que tienen la "necesidad" de decirse a ellos mismos: "Hay que esforzarse más. Tan elemental como la vida misma".
Y advirtió de que, aún estando "mal", es mucho peor" tirar "piedras" contra nuestro propio tejado "como hace irresponsablemente el PP", porque en otros países están peor "pero no se autoflagelan" y la oposición se siente solidaria con el Gobierno.
"Aquí, si te ve la yugular al descubierto, el PP muerde sin compasión", alertó, antes de apuntar: "Vamos a taparnos la yugular y a trabajar, para que esperen no dos años, José Luis, sino para que esperen otros seis más".
Zapatero: "De depre, nada"
Zapatero tomó después la palabra con un discurso en su estilo habitual y lleno de guiños al ex presidente del Gobierno. Fue, eso sí, algo más optimista que Felipe González. Tras celebrar la, dijo, "unidad, coherencia y responsabilidad" del PSOE en sus cien años de grupo parlamentario, matizó una apreciación de González: "Por cierto, Felipe, de depre, nada. No estamos nada deprimidos los socialistas, estamos con todas las ganas".
Dijo también que su partido está "con toda la responsabilidad" para "garantizar la solvencia" de España "y cambiar las cosas que haya que cambiar". Esa "fuerza", apuntó, nace "del carácter del partido, del grupo, de la manera de ser de los compañeros". Después, llegó la anécdota del SMS de Felipe González y contenidos más domésticos, como su alusión a la futura reforma laboral.
Expresó su convencimiento de que si realizan "bien la tarea" de la reforma laboral, reestructuran el sistema financiero, abordan el sistema de pensiones y no recortan en educación, investigación e inovación, "podemos salir mejor que otros de la crisis, con un crecimiento más sólido y siendo capaces de recuperar empleo, para ello hay que hacer bien las reformas y generar confianza".
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