L D (Agencias) El pasado jueves, 27 de enero, el que fuera jefe del Gobierno español entre 1982 y 1996, pronunciaba en Santiago de Chile y ante el actual responsable del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, un discurso polémico en el que pedía no confundir los procesos de “descentralización” del Estado con la “centrifugación” del mismo. "No es que cada uno haga lo que quiera, los procesos de descentralización del poder son buenísimos, los de centrifugación del poder son peligrosísimos. Doy fe porque nos pasa", sostuvo.
Este lunes, Felipe González explicaba que, con sus palabras, no tenía intención de referirse en concreto a la situación que vive España, sino que es una tesis que ya ha planteado, incluso por escrito, hace más de un año.
El ex presidente evita así acentuar el malestar de algunos elementos del Gobierno, como es el caso del ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, quien dijo que estas manifestaciones "son las suyas, pero es evidente que en España hemos conseguido conjugar unidad, diversidad, distribuir competencias y responsabilidades con una profundidad y eficacia nunca conocidas antes en nuestra historia”.
Por su parte, los populares entendieron lo dicho por González como una crítica a la política estatutaria del Gobierno de Zapatero. El número dos del Partido Popular, Ángel Acebes, afirmaba que se trató de "un toque de preocupación, de qué esta haciendo con España y dónde quiere ir" que el ex presidente dirigió a Zapatero.
Sin embargo, el ejemplo para ilustrar el peligro de la "centrifugación" ha vuelto a ser España y, en concreto, el Plan Ibarretxe.
En opinión del ex presidente del Gobierno, hay que debatir sobre "todo lo que uno sea competente para discutir", pero lo que no se puede pretender es, continuó, "menospreciar" las reglas del juego "diciendo por qué no se va a discutir democráticamente de todo".
Durante su participación en el "Encuentro sobre la Constitución Europea" y sus implicaciones en el sector turístico, organizado por el Foro Nueva Economía en el Parador de Alcalá de Henares, el ex presidente optó por una comparación para reflejar lo que a su juicio hay que hacer con el Plan Ibarretxe: “Si el ayuntamiento de Cartagena, por poner un ejemplo, decide por el 80 por ciento de los votos declarar la guerra a Taiwán, no creo que tenga competencias, pese a que lo podría hacer democráticamente ochenta a veinte”. En resumen, para el ex presidente “quien se salta las reglas del juego, aunque tenga mayoría, no está democráticamente legitimado para hacerlo”.
En opinión del ex presidente del Gobierno, hay que debatir sobre "todo lo que uno sea competente para discutir", pero lo que no se puede pretender es, continuó, "menospreciar" las reglas del juego "diciendo por qué no se va a discutir democráticamente de todo".