No le permitieron hacer una llamada porque le dijeron que "le aplicaban la ley antiterrorista". Estuvo en los calabozos hasta las doce de la noche, momento en que firmó una "declaración sin asistencia de abogado ni copia". El testigo explicó que no le dijeron lo que tenía que declarar sino que "simplemente" se la enseñaron y le preguntaron "si estaba de acuerdo". Primero trajeron una y después otra corregida, aunque no supo precisar en qué. Un total de diez agentes, "uno detrás de otro", le interrogaron. "Entras en estado de shock", explicó el testigo.
Un teléfono que sigue apareciendo en el sumario
El testigo relató que como inmobiliario tiene relación "con muchas personas" y ante su insistencia, les contó que un marroquí fue el viernes a su oficina y que tenía el mismo modelo de teléfono que él. Pero los propios policías descartaron el cambiazo. "Me dijeron que era un asunto muy grave y que debía pasar por ello", continuó el testigo, que también reveló que le comentaron que "habían ido a por mi compañera" aunque "al final no fue así".
Al final de su declaración tomó la palabra el propio Javier Gómez Bermúdez para preguntarle por qué no había denunciado su detención. El testigo explicó que "suficiente pena" y "daño psicológico" tuvo. "Me dediqué a olvidarlo" y a "hacer mi trabajo", indicó. El testigo lamentó que no le permitieran votar ni "ver el nacimiento de su sobrina". "No quería recordar, no creía que fuera el momento adecuado", concluyó el testigo, momento en que el juez comunicó que deducía testimonio de su declaración.