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Gobierno y ETA negociaron en dos mesas durante la campaña electoral del 27-M

Gobierno-ETA y PSOE-Batasuna, la mesa técnica y la política, tal y como querían los terroristas. Aunque no llegó a buen puerto, el Gobierno siguió negociando con promesas de legalización hasta seis días antes de las elecciones de mayo de 2007. Según Gara, ETA había ofrecido “desmantelar sus estructuras militares”. Los planes propuestos por la banda y algunos encajes del Gobierno se situaron en la legislatura 2008-2012 con leyes a medida.

(Libertad Digital) Gara publica este domingo lo que denomina “desenlace” de su serie sobre la negociación ETA-Gobierno. El diario altavoz de los terroristas lanza así los últimos detalles del proceso de Zapatero mientras Policía y Guardia Civil trabajan por adelantarse a los asesinos y evitar el atentado que selle el anuncio de que seguirán matando.
 
Las principales novedades de esta nueva entrega son que se llegó a lo que tanto han reclamado los terroristas –la negociación en dos mesas– y que la banda llegó a proponer el desmantelamiento de lo que llaman “estructura militar”, eso sí, sin especificar en profundidad en qué consistiría ni avalar la decisión con hecho alguno. El 21 de mayo, sólo seis días antes de que se celebraran las elecciones municipales y autonómicas con la presencia de la nueva marca electoral de ETA (ANV), se reunieron PSOE y Batasuna. El Ejecutivo y la banda terrorista, según Gara, ya habían adquirido el compromiso de “aceptar el acuerdo político que alcanzaran los partidos vascos”.
 

Según el diario, el PSOE rechazó el acuerdo siguiendo la estela de la negativa del Gobierno a aceptar un programa de máximos que le hizo llegar ETA y que suponía la asunción de la rendición absoluta (legislación a medida, anexión de Navarra y medidas a favor de presos) a cambio de “desactivar la lucha armada y desmantelar sus estructuras militares”. Dice Gara que el Gobierno se negó a recoger el texto para no evidenciar siquiera que lo negociaba. Pero parece que el Ejecutivo decía no con la boca pequeña. El negociador de Zapatero –ya en esta fase una sola persona– muestra una actitud tibia si fuera verdad lo que relata Gara: “(...) sin embargo, y pese a negarse a recogerla, al final de la cita admite que la propuesta de ETA abre opciones de reactivar un proceso, ‘esperemos que con más solidez que en la etapa anterior’”.

Según recoge Europa Press, la propuesta de la banda terrorista, que incluía nueve puntos y concretaba la que había efectuado en diciembre de 2006, fue realizada en los primeros días del mes de mayo, estando entonces el Gobierno en la mesa de negociación y en medio de la polémica suscitada por la impugnación de las listas electorales de la nueva marca de Batasuna-ETA.
 
En dicha propuesta, ETA pedía la unidad territorial de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra y el derecho de la ciudadanía vasca a decidir su futuro, reclamaba la liberación de presos políticos con enfermedades graves y el acercamiento del resto de presos al País Vasco, y exigía la legalización de Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB) y la derogación de la Ley de Partidos. Reclamaba también la "disminución palpable' de la presencia policial, urgía a garantizar la actividad política de las organizaciones proetarras y pedía que no se realizaran detenciones por parte de la Guardia Civil, la Policía Nacional, la Ertzaintza y las fuerzas de seguridad francesas.
 
El diario altavoz de los etarras también indica que el Gobierno español "no logró que ETA" entrara a negociar el número de listas electorales de la izquierda abertzale que "pudieran pasar por el filtro". El enviado de Zapatero pone encima de la mesa que se ha conseguido pasar a ANV en muchos sitios. Además, sostiene que, como no daba tiempo a cambiar las cosas antes del 27-M, el Ejecutivo sí podía garantizar la presencia de los partidos proetarras en las elecciones generales de 2008 y en las del País Vasco de 2009.

Asimismo, el periódico da cuenta de la presencia de observadores internacionales tanto en las reuniones de Gobierno y ETA como en las de PSOE y Batasuna. Dichos observadores, así como partidos vascos -cuyos nombres no especifica el diario- se dirigieron al Palacio de La Moncloa para que tomara iniciativas favorables al proceso, como la de no actuar contra las listas electorales de la izquierda abertzale.       

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