Gobierno y ETA acordaron el primer comunicado de la banda y la declaración de Zapatero en el Congreso
ETA sigue poniendo en un brete a Zapatero con sus filtraciones sobre la negociación a su diario de referencia. Este jueves, Gara desvela que el Ejecutivo y la banda terrorista pactaron el contenido de la declaración del alto el fuego permanente, así como el del anuncio de Zapatero en el Congreso en el que se oficializaban los contactos con los terroristas. Para ello, representantes de La Moncloa y de ETA se reunieron en más de diez ocasiones entre julio y noviembre de 2005. También se pactaron las llamadas "garantías" entre las dos partes.
L D (Agencias) El diario afirma que ninguna de las dos iniciativas se realizó de manera unilateral y que ambas cuestiones habían sido "largamente debatidas, maduradas y consensuadas" por interlocutores de ambas partes entre julio y noviembre de 2005. Asimismo, añade que se pactaron también las llamadas "garantías" y las condiciones para las siguientes fases. Según explica, el acuerdo para impulsar la búsqueda de un proceso de paz surgió a partir de más de una decena de reuniones celebradas en un lejano país europeo en julio de 2005 y en las que participó una delegación de ETA y representantes del Gobierno.
En estos encuentros se suscribieron unos compromisos de índole política que se ratificarían cuatro meses más tarde, dice el diario. El acuerdo incluía tanto el carácter "permanente" de la declaración de alto el fuego de ETA como el contenido del mensaje del presidente del Gobierno, así como una serie de garantías de las que Gara informó hace ahora casi un año.
Estas reuniones, que fueron denominados como "punto cero", contaron también con la mediación y colaboración de una organización internacional especializada en resolución de conflictos. Los encuentros, que duraron ente dos y tres horas cada uno, dieron pie a otra ronda de reuniones celebradas en el mes de noviembre de ese mismo año 2005.
Según informa el diario, el Gobierno socialista habría admitido "expresamente" en estas entrevistas que, tanto el diálogo de Argel, en 1987, como el de Zurich, en 1999, "habían nacido muertos a nivel teórico y de metodología". En ese sentido, coincidió con la banda en la necesidad de dejar a un lado las experiencias frustradas del pasado. Asimismo, ambas delegaciones habrían destacado también las posibilidades abiertas por el método establecido en Anoeta.
Tras los prolegómenos, la cuestión central consistió en abordar el modo en el que el presidente Zapatero haría "una declaración de respeto a la decisión de la ciudadanía vasca" y cómo previamente ETA proclamaría un alto el fuego que terminaría siendo definido como "permanente" en el acuerdo.
En cuanto al contenido de la declaración que tenía que hacer el presidente del Gobierno, fueron necesarias un total de siete reuniones, cerca de 20 horas, sobre cuatro párrafos de la misma, que debía incluir, según el diario abertzale, que el Gobierno y ETA "abrirán una negociación de cuestiones 'técnicas'".
Los principales escollos entre ambas partes radicaban en la decisión de determinados conceptos –Gara cita los términos "conflicto" o "sociedad vasca"– que, por falta de acuerdo entre las partes, finalmente fueron suprimidos del texto "pactado" y concretadas en las llamadas "aclaraciones" o "anexos".
Sobre el texto del anuncio de alto el fuego por parte de ETA –cuyo contenido exacto del mensaje quedaba en manos de la banda, pero con la condición de ser redactado tanto en castellano como en euskera para no generar malentendidos–, las intervenciones del Gobierno en estos encuentros se centraron en garantizar que la organización terrorista debía incluir la palabra "permanente" en el texto y "apuntar a un horizonte final de la cese de la lucha armada". El Ejecutivo también intentó que se incluyera la eliminación de la 'kale borroka', a lo que los etarras contestaron "que no tenían responsabilidad sobre ello".
En la iniciativa de ETA se incluyeron unos anexos en los que se pactó el lenguaje que se iba a emplear durante la negociación, así como un preámbulo en el que se dice textualmente: "aun con diferentes consideraciones ideológicas, y aunque no compartamos el modelo estratégico y de construcción política, estamos de acuerdo en que existe una realidad con vínculos sociopolíticos, culturales lingüísticos e históricos llamada Euskal Herria".
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