Primero iba por gusto, después con el ceño fruncido y ahora le quita, literalmente, el sueño. Mariano Rajoy sigue yendo a Valencia para disfrutar de Las Fallas desde el balcón del Ayuntamiento, pero cada vez acorta más su estancia en la ciudad del Turia. Este año ni tan siquiera se queda a los toros, una de sus reconocidas pasiones.
El motivo, explica su entorno, es que la comunidad levantina se ha convertido en "un polvorín", además de por lo obvio. Cada noticia que de allí proviene es acogida con tensión por parte de la dirección nacional, que admite en privado que se espera "cualquier cosa" de Francisco Camps, confirmado candidato a la Generalidad a pesar de que todos los indicios judiciales apuntan a que será sentado en el banquillo, por su presunta relación con Gürtel, antes del 22-M.
Las listas electorales
La última de ese polvorín valenciano llegaba a cuenta de las listas electorales. Génova llamó a la renovación, pero Camps optó por la continuidad. Ricardo Costa, por ejemplo, estará en los primeros puestos de la candidatura por Castellón. "Una vez le hemos mantenido a él, no le podemos pedir nada más. Nos hemos quedado sin argumentos", explicó un miembro de esa cúpula nacional, que cada lunes se reúne en el Comité de Dirección.
En Génova se ha instalado la idea de que "la vamos a pasar canutas" de aquí a la cita con las urnas en mayo. Que "esto no ha quedado aquí", como ya deslizan "los medios más cercanos al Gobierno". Que "con todo lo que hay podrido, el Gobierno lo utilizará como mejor le convenga". Que va a ser, en conclusión, "un calvario" de aquí al 22-M.
Sin embargo, la orden expresa y sin ambigüedades de Rajoy es "mantenerle". Así lo ha sido todo este tiempo, pese a que en su fuero interno estaba deseando que se fuera.
El "juicio final" de Camps
Con esta base bien asentada, en Madrid ya trabajan con el escenario posterior a las elecciones regionales. Con lo que ocurrirá el veintitrés de mayo. El PP nacional asegura que Camps entiende el 22-M como un juicio final en el que "los valencianos le exculparán de todos los males".
Según las encuestas, no va mal encaminado. La última, publicada por ABC este mismo viernes, es demoledora: Camps parte con una ventaja de casi 25 puntos respecto a los socialistas, revalidando con creces la mayoría absoluta que obstenta. Ganaría otros seis escaños.
Camps no agotará la legislatura
Objetivo conseguido, dicen en Génova. Pero ¿y luego qué? Fuentes de la dirección aseguran que trabajan con la idea de que Camps no agote la legislatura. "Se le ofrecerá un destino cómodo y bien remunerado" una vez Rajoy se convierta en presidente del Gobierno.
Rajoy, con el músculo fortalecido por su victoria en las elecciones nacionales, tendría entonces la fuerza de imponer a su gusto quién se convierta en presidente valenciano así como los miembros del Ejecutivo. "Ya no le deberá nada a Camps", explican en Génova, mentando ese apoyo del barón en el Congreso de Valencia.
"Sólo falta recordar el espectáculo de Palma", arguyen, en relación al hecho de que ya no existe complicidad entre ambos.
Visita a Valencia
Como es habitual en él, Rajoy no ha compartido este plan en sus órganos internos, pero quienes conforman ese cinturón más cercano al líder lo dan por hecho. Le aguantará hasta las elecciones, pero después se ejecutará el reconvertido ‘Plan B’.
De nuevo, en este proyecto aparecen como personajes clave la alcaldesa Rita Barberá o el presidente de la Diputación valenciana, Alfonso Rus. Un plan, eso sí, del que sólo se habla entre bambalinas, si bien en Madrid empieza a ser vox populi entre los parlamentarios originarios de la comunidad.
Con este panorama, Rajoy vuelve a Valencia, e incluye en su corta estancia un almuerzo-reunión con la cúpula del PPCV, incluido Camps -convaleciente estos últimos días por culpa de una afección lumbar-. Participarán, entre otros, los vicepresidentes Vicente Rambla, Gerardo Camps y Juan Cotino o los principales cargos del partido. La dirección nacional estará representada por Esteban González Pons.
Un encuentro, dicen las fuentes consultadas, para arengar a los populares de cara a la citas con las urnas. Después, habrá que ver quién gana el nuevo pulso que se vislumbra. De momento, Camps siempre ha sido el vencedor.