Garrido aplica el "cordón sanitario" de Luppi y acuerda con el resto de los grupos boicotear al PP en el Parlamento
López Garrido ha puesto en marcha la proposición de Federico Luppi de aplicar un "cordón sanitario al PP". Mariano Rajoy ha presentado una batería de proposiciones no de ley contra ETA que obligan a los diputados a debatir y votar. La reacción del PSOE, encargada a López Garrido, ha sido convencer a los grupos para hacer un plante general. En definitiva, aislar al PP. Las propuestas no decaen ya que todo grupo tiene derecho a presentarlas. Lo que cambia es que el resto de diputados acuerda hacer dejación de funciones: no debatir, no votar. El PP ha destacado el "gusto" de Garrido por "las posiciones totalitarias". Esta es la segunda ocasión en la que los partidos plantan al PP en el Parlamento a iniciativa de López Garrido. La primera fue con motivo del 11-M.
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L D (Agencias) Esta nueva versión del Pacto del Tinell en el Congreso bajo la dirección de López Garrido tuvo su antecedente el pasado 20 de septiembre, cuando el PSOE acordó con el resto de los grupos parlamentarios vetar todas las iniciativas del PP sobre los atentados del 11-M. Según el portavoz socialista esta forma de excluir al PP de la vida parlamentaria era para salvaguardar la "dignidad" del Parlamento.
El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista se ha puesto en contacto este miércoles por la tarde con los representantes de todos los grupos parlamentarios menos el Grupo Parlamentario Popular, para intercambiar opiniones sobre las propuestas que el líder del PP, Mariano Rajoy, realizó para acabar con la banda terrorista ETA. Todos ellos, según el PSOE, le han transmitido que "no han colaborado ni van a colaborar o participar" en "esa estrategia de división y de confrontación sostenida por el PP, que no hace sino fortalecer a los terroristas".
Todos los portavoces parlamentarios han coincidido con el portavoz socialista en que "no se puede colaborar" con iniciativas como la de Rajoy por tener como objetivo "exacerbar la crispación y amplificar la absurda decisión de la dirección del PP de ir al choque frontal con el Gobierno y con las demás fuerzas democráticas, en vez de unirse a ellas contra el único enemigo común, que es la violencia y quienes la practican o la alientan", según explica el PSOE en un comunicado.
Por contra, los grupos parlamentarios abogaron por adoptar medidas parlamentarias para que la iniciativa del PP "no desemboque en debates estériles y desmoralizadores, ni sirva para escenificar una contienda entre los demócratas, aborrecida por los ciudadanos". Es decir, que los grupos impiden que el PP ejerza un derecho.
En la misma línea y al tratarse de un tema como es la lucha antiterrorista, los grupos parlamentarios coincidieron además en la necesidad "de que las legítimas diferencias que puedan existir entre los demócratas" en este tema se expongan "en los ámbitos adecuados, y no en aquellos que sirvan para confrontar públicamente a quienes debieran sumar fuerzas con el objetivo común de poner fin a la violencia terrorista".
El PP: "A López Garrido le gustan más las posiciones totalitarias"
El portavoz adjunto del PP en el Congreso de los Diputados, Vicente Martínez Pujalte, anunció que su partido presentará las cinco propuestas contra ETA y denunció la actitud "absolutamente antidemocrática" del resto de grupos parlamentarios por querer evitarlo. En declaraciones a Europa Press, el portavoz popular aseguró que le "parece mentira" que un partido como el PSOE "que quiere dialogar con etarras, que ha iniciado una estrategia absolutamente irresponsable de mesas de partidos fuera de los ámbitos democráticos", pretenda ahora "cercenar el debate en el ámbito parlamentario" impidiendo que se debatan las propuestas de los populares.
"Nosotros las vamos a plantear y las vamos a debatir porque el reglamento del Congreso lo permite. Sí el resto de los grupos políticos, con el PSOE a la cabeza, se quieren salir del Parlamento y hacer la política en foro no parlamentario, ese será su problema", advirtió. En esta línea, consideró "tremendamente desafortunado" que "en sede parlamentaria se quieran cercenar las iniciativas" de los distintos grupos parlamentarios, porque, según argumentó, "uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo" con algo pero "impedir el debate o intentarlo" en una democracia es una actitud "absolutamente antidemocrática y que no enriquece para nada la vida política, ni la búsqueda de soluciones en favor de los ciudadanos".
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