El ex-niño prodigio de la derecha Española está ofreciendo sobradas pruebas de su incompetencia como gestor. Por lo que se ve, sus sueños políticos le impiden enterarse de lo que pasa en su propia Alcaldía. Aparte de empinarse lo más que puede para salir en todas las fotos e intentar ser el novio de todas las bodas y el muerto de todos los entierros, sus dotes de estadista se reducen a propinar alguna lanzada que otra a algún moro muerto.