L D (EFE) El presidente de CiU expuso este miércoles en Londres a los socialistas la voluntad de su partido de garantizar la "estabilidad, la serenidad y la moderación" frente al "radicalismo" y la "bronca" que, a su juicio, representan el PP y ERC, "los extremos". Este jueves matizó que su ofrecimiento de estabilidad al Gobierno no pretende "romper nada", ni el tripartito de Cataluña ni las alianzas del PSOE.
Rodríguez Zapatero, desde Roma, señaló que, "como es conocido", el PSOE tiene una relación "razonable y positiva" con Convergencia i Unio, y dijo que le gusta tener esa relación con todas las fuerzas políticas. Tras subrayar que también tiene "un intenso respeto" por Artur Mas, explicó que existe igualmente con esta fuerza política una "posición de colaboración" que considera demostrada en el proceso de debate de la Ley Orgánica de Educación.
"Pero, a partir de ahí, creo que cualquier expectativa distinta no tiene en estos momentos una posibilidad de tener concreción", aseveró Zapatero, quien insistió: "respeto, diálogo, colaboración con Convergencia i Unio, pero de ahí a hablar de un posible acuerdo creo que estamos aún en un tiempo de espera y de natural prudencia".
Las manifestaciones más críticas llegaron desde el tripartito catalán. Así, el portavoz adjunto del PSC, Joan Ferran, advirtió a CiU de que debe comprometerse a que "no pactará nunca más con el PP" antes de consumarse un hipotético apoyo parlamentario. El presidente de ERC, Josep Lluis Carod Rovira, quien calificó como "legítima" la oferta de apoyo de CiU al Gobierno, recalcó que esta coalición "ha alimentado al monstruo durante ocho años y ahora aparenta que no le conoce de nada", en alusión al PP.
Desde ICV, su vicepresidente, Jaume Bosch, consideró "incompatible" que el grupo socialista en el Parlamento reciba a la vez el apoyo de CiU y de su propio partido.
Rodríguez Zapatero, desde Roma, señaló que, "como es conocido", el PSOE tiene una relación "razonable y positiva" con Convergencia i Unio, y dijo que le gusta tener esa relación con todas las fuerzas políticas. Tras subrayar que también tiene "un intenso respeto" por Artur Mas, explicó que existe igualmente con esta fuerza política una "posición de colaboración" que considera demostrada en el proceso de debate de la Ley Orgánica de Educación.
"Pero, a partir de ahí, creo que cualquier expectativa distinta no tiene en estos momentos una posibilidad de tener concreción", aseveró Zapatero, quien insistió: "respeto, diálogo, colaboración con Convergencia i Unio, pero de ahí a hablar de un posible acuerdo creo que estamos aún en un tiempo de espera y de natural prudencia".
Las manifestaciones más críticas llegaron desde el tripartito catalán. Así, el portavoz adjunto del PSC, Joan Ferran, advirtió a CiU de que debe comprometerse a que "no pactará nunca más con el PP" antes de consumarse un hipotético apoyo parlamentario. El presidente de ERC, Josep Lluis Carod Rovira, quien calificó como "legítima" la oferta de apoyo de CiU al Gobierno, recalcó que esta coalición "ha alimentado al monstruo durante ocho años y ahora aparenta que no le conoce de nada", en alusión al PP.
Desde ICV, su vicepresidente, Jaume Bosch, consideró "incompatible" que el grupo socialista en el Parlamento reciba a la vez el apoyo de CiU y de su propio partido.