(Libertad Digital) El tesón del PP y los aciertos en esta materia del juez Baltasar Garzón elevaron lo que antes se denominaba terrorismo de baja intensidad a la categoría penal de terrorismo. Con las medidas legislativas, judiciales y policiales, la presión etarra en las calles del País Vasco descendió vertiginosamente hasta su práctica desaparición.
Quedó demostrado que las asociaciones como Jarrai, Haika o Segi (distintos nombres para escapar de la burocracia judicial, pero la misma cosa) eran lo mismo que ETA, de hecho, su cantera. Los grupos de pistoleros de la banda se nutrían de adolescentes que cambiaban el cóctel molotov por la pistola en tan sólo semanas. Pero la asfixia política y financiera de la banda, gracias también a la política del PP, supuso un parón en la comisión de atentados. Ahora la cúpula etarra, capitaneada por quien formó parte de la comisión de derechos humanos del parlamento vasco, ha decidido, como cuenta ABC, instar a los grupúsculos violentos que queden a una nueva unión para volver a sembrar las calles del País Vasco con el terror. Pero, sin dirección, liderazgo y locales “legales”, los proetarras requieren tiempo para volver a formar filas. Sin embargo, desde el Gobierno, el PNV y algunos sectores del PSE, se minimiza lo que puede convertirse de nuevo en un problema: el resurgimiento de ETA desde la base, desde las calles.
La información de ABC detalla que a mediados de junio de este año, “Mikel Antza” y “Josu Ternera” planearon un reedición del terrorismo callejero en el País Vasco y Navarra, comunicando la decisión a responsables de sus tramas políticas. El diario ofrece el detalle de que, de hecho, hubo una reunión en una ciudad en la frontera franco-belga. En resumidas cuentas, la situación de ETA es la de una tregua forzosa impuesta por ellos mismos ante la imposibilidad de cometer atentados con una mínima probabilidad de éxito. El terrorismo callejero haría de recordatorio violento mientras la banda buscaba alguna fórmula de captar asesinos y reparar su maltrecha estructura. ABC destaca que el objetivo sería reorganizar los grupos “Vizcaya”, “Donosti” y “Nafarroa” y, de paso, captar entre los cocteleros algún activo para la banda. Poco a poco.