L D (Agencias) Según fuentes de la lucha antiterrorista citadas por la agencia Europa Press , los cabecillas de ETA padecen una grave psicosis que les lleva a pensar que la banda criminal está infiltrada por "topos" que informan a las Fuerzas de Seguridad. Esta situación ha llevado a la organización terrorista a distanciar en el tiempo sus acciones, aunque también le sirve como pretexto ante sus partidarios para rechazar, en su propaganda habitual, que los últimos golpes recibidos sean resultado de la mayor eficacia de los cuerpos policiales.
Así, según las mismas fuentes, la cúpula etarra ha ordenado limitar los desplazamientos de los terroristas a los estrictamente indispensables. Además, la banda trata de reducir el riesgo que supone para los etarras acudir a entregas de explosivos y citas en los puntos de encuentro habituales, porque considera que están vigilados por la Policía. La misma psicosis entre los dirigentes de la organización criminal también ha llevado a sus dirigentes a frenar la búsqueda de sustitutos para los terroristas “quemados”, es decir, controlados o fichados por la Policía.
Todas estas precauciones, según informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista, son la respuesta de la cúpula de la banda a los últimos golpes policiales que han permitido desbaratar buena parte de la “campaña de verano”. El golpe más importante lo sufrieron cuando Interior difundió las identidades de los dos etarras del "comando intinerante" que puso sendas bombas en Alicante, lo que propició su huida del piso franco de Valencia que utilizaban y donde prepararon las "maletas bomba" con las que atentaron. La huida de los etarras Jon Joseba Toritiño y Asier Eceiza también desbarató sus planes más inmediatos, ya que pretendían atentar contra un hotel de Torremolinos y otro de Málaga.
Los planes de los terroristas también se vieron frustrados el pasado jueves con el hallazgo de una maleta con 20 kilos de explosivos en un cruce de carreteras cerca de Briesca (Burgos). Fuentes policiales precisaron que los etarras eligieron bien el lugar donde dejar la maleta para que otros la recogieran, pero decidieron hacerlo en el peor momento posible, cuando el pueblo estaba en fiestas y allí acudían cientos de visitantes con motivo de una romería.
Así, según las mismas fuentes, la cúpula etarra ha ordenado limitar los desplazamientos de los terroristas a los estrictamente indispensables. Además, la banda trata de reducir el riesgo que supone para los etarras acudir a entregas de explosivos y citas en los puntos de encuentro habituales, porque considera que están vigilados por la Policía. La misma psicosis entre los dirigentes de la organización criminal también ha llevado a sus dirigentes a frenar la búsqueda de sustitutos para los terroristas “quemados”, es decir, controlados o fichados por la Policía.
Todas estas precauciones, según informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista, son la respuesta de la cúpula de la banda a los últimos golpes policiales que han permitido desbaratar buena parte de la “campaña de verano”. El golpe más importante lo sufrieron cuando Interior difundió las identidades de los dos etarras del "comando intinerante" que puso sendas bombas en Alicante, lo que propició su huida del piso franco de Valencia que utilizaban y donde prepararon las "maletas bomba" con las que atentaron. La huida de los etarras Jon Joseba Toritiño y Asier Eceiza también desbarató sus planes más inmediatos, ya que pretendían atentar contra un hotel de Torremolinos y otro de Málaga.
Los planes de los terroristas también se vieron frustrados el pasado jueves con el hallazgo de una maleta con 20 kilos de explosivos en un cruce de carreteras cerca de Briesca (Burgos). Fuentes policiales precisaron que los etarras eligieron bien el lugar donde dejar la maleta para que otros la recogieran, pero decidieron hacerlo en el peor momento posible, cuando el pueblo estaba en fiestas y allí acudían cientos de visitantes con motivo de una romería.