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ETA no pedirá perdón a las víctimas y sí reparaciones por sus muertos

Si durante este mes de agosto algunas informaciones apuntaban a que ETA podría declarar una tregua – trampa para que Batasuna pudiese estar en las elecciones municipales, este martes El Mundo asegura que la apuesta de la banda asesina es una "pseudotregua" que ni tan siquiera se pueda verificar.

La información de Ángeles Escrivá en El Mundo se basa en un documento incautado a la banda y fechado en agosto del 2009, así como en la opinión de expertos de la lucha antiterrorista, y afirma que la intención de la banda asesina sería declarar una tregua que pudiese facilitar la presencia de Batasuna en las elecciones municipales del próximo mes de mayo, pero que en realidad ni siquiera podría llegar a verificarse, es decir, que sólo supondría un parón superficial en la actividad terrorista de la banda.

Esta tregua trampa se declararía el próximo otoño, probablemente a finales del mes de septiembre, y supondría una satisfacción tan sólo parcial de las demandas que se han lanzado desde algunos sectores de la llamada izquierda abertzale y por los mediadores internacionales a su servicio.

Según se desprende del documento de agosto de 2009 que obra en poder de El Mundo, la cúpula de la banda terrorista ve como un asunto de importancia secundaria la presencia de Batasuna en las elecciones, un objetivo al que no subordinaría por completo su estrategia asesina a largo plazo.

No pedirán perdón a las víctimas

El documento en el que basa su información El Mundo refleja que las intenciones de la banda asesina son muy diferentes a lo que la mayor parte de la sociedad podría admitir. Así, no sólo no tiene ninguna intención de pedir perdón por las víctimas que sus décadas de crímenes han generado, sino que "le pedirá al estado que admita las que él ha generado y que le resarza".

Además, sus planes tampoco resultan ser los que muchos pseudoportavoces de la "izquierda abertzale" pregonan a los cuatro vientos, por ejemplo el documento recoge que "ETA no se disolverá, sino que quedará como una institución" dentro de ese independentismo de izquierdas.

Por supuesto, "no cederá sus armas al estado ni las destruirá; se las quedará". En conjunto, el panorama que pinta el documento hace impensable no sólo la llegada a cualquier tipo de acuerdo sino la propia posibilidad de un "proceso" que vaya más allá de un apaño temporal para ganar tiempo.

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