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ETA atenta contra el aeropuerto de Zaragoza lanzando una granada que no ha provocado heridos

El Ministerio del Interior confirma que sólo ha estallado una granada "en el entorno" del aeropuerto civil de Zaragoza mientras que los artificieros han logrado desactivar otra que se encontraba en un tubo de PVC, lista para ser lanzada. La explosión se produjo después de una llamada, en nombre de ETA, al diario Gara y la Dya de Vizcaya que alertaba de un ataque con granadas contra las instalaciones aeroportuarias. Todos los vuelos fueron suspendidos y la terminal desalojada. El atentado no ha causado heridos.

L D (EFE) Al menos dos tubos de PVC usados como lanzaderas de granadas han sido localizadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado en el entorno del aeropuerto de Zaragoza, informaron a EFE fuentes de la Delegación del Gobierno en Aragón. Con uno de ellos dispararon la granada que estalló. El segundo tubo aún contenía el artefacto con el que estaba cargada y ya ha sido desactivado, según confirmó horas después el Ministerio del Interior. Los vuelos hacia el aeropuerto civil de Zaragoza fueron suspendidos y desviados a la Base Militar que se encuentra contigua al aeropuerto.

El aeropuerto de Zaragoza había sido acordonado por las Fuerzas de Seguridad tras el aviso de un comunicante, en nombre de ETA, al diario Gara y a la DYA de que iba a producirse un ataque con morteros entre las 12:00 y las 14:00 horas contra la instalación aeroportuaria, según las mismas fuentes policiales. La llamada al citado diario se produjo alrededor de las 11.30 horas e inmediatamente las Fuerzas de Seguridad activaron el protocolo de seguridad sobre el aeropuerto, al que se trasladaron numerosos efectivos de la Guardia Civil, Policía Nacional y un equipo de los TEDAX, así como ambulancias, según indicaron las citadas fuentes.

Las instalaciones de pasajeros del aeropuerto no se han visto afectadas por la explosión y, como medida de seguridad, fue evacuada la terminal. Los vuelos han quedado suspendidos. Los viajeros tuvieron que salir de la terminal y abandonar el aeropuerto cargados con el equipaje.

Alonso: "Una nueva manifestación de una violencia sin sentido"

En una nota oficial, el ministro del Interior, José Antonio Alonso, condena rotundamente el último atentado perpetrado por la banda terrorista ETA, considerándolo "una nueva manifestación de una violencia sin sentido que sólo tiene un destino, la desaparición total de quienes sólo entienden el lenguaje de las armas como vienen demostrando en los últimos años".
 
Este tipo de hechos no hacen sino confirmar, en palabras de Alonso, que "hay que seguir luchando contra ETA con toda la fuerza del Estado de Derecho y democrático". "Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado van a continuar combatiendo, como lo vienen haciendo hasta ahora, con la misma determinación a la banda terrorista para poner a disposición judicial a los responsables de estos hechos criminales".
 
El origen de las granadas
 
La granada desactivada por los artificieros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en las proximidades del aeropuerto de Zaragoza es una Mekar, de fabricación belga, de 83 centímetros de diámetro, idéntica a algunas de las que encontró la Policía francesa la semana pasada en una vivienda de Saint Gaudens, considerada por la Policía española como el último "taller logístico" de ETA, según han informado a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
 
Sin embargo, resultará imposible conocer si la granada recuperada pertenece a la misma partida que las encontradas en Francia, ya que este tipo de artefacto explosivo no lleva ningún identificativo de serie, según explicaron a Europa Press fuentes de los especialistas en desactivación de explosivos de las Fuerzas de Seguridad.
 
La vivienda de Saint Gaudans fue utilizada por José Segurola Querejeta, detenido en marzo pasado junto a Miren Itxaso Saldúa, y del él se dijo en su momento que actuaba como lugarteniente de Garikoitz Aspiazu, alias "Txeroki", jefe de la banda. La casa, que se encontraba deshabitada y en completo desorden, tiene una planta baja garaje de 50 metros cuadrados y una planta alta destinada a vivienda de esa misma superficie. Entre el material encontrado allí figuran dos subfusiles, cuatro pistolas, las diez granadas antipersona y anticarro, un mortero, 150 detonadores, dos rollos de cordón detonante, ocho cacos de cloratita y varios más con polvo de aluminio, cinco kilos de pasta de dinamita, 50 cartuchos y abundante munición.

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