(Libertad Digital) Las encuestas que recogen este domingo distintos medios de comunicación sobre el comunicado en el que ETA anuncia un "alto el fuego permanente" siguen reflejando una gran desconfianza en que los terroristas cumplan su palabra. Sobre todo después de las últimas noticias que constatan el envío de cartas a empresarios vascos exigiendo el pago del impuesto revolucionario.
Aunque el optimismo ha aumentado tras el anuncio de los etarras, sigue existiendo una mayoría que considera que mienten. Aún así amplios sectores de la sociedad española, 68,4 por ciento, se muestran favorables a una negociación con los terroristas. Proporción que aumenta entre los votantes socialistas hasta un 82, 6 frente a un 50,8 afín al PP. Ahora bien, los españolen delimitan claramente los límites que el Gobierno no debe sobrepasar en esa negociación: la autodeterminación del País Vasco o el futuro político de Navarra, entre otros.
Mientras casi la totalidad de la sociedad española está dispuesta a que la entrega de las armas sea uno de los temas a tratar en ese "proceso de paz" abierto por el Gobierno y también, aunque en menor proporción, el regreso a España de los terroristas que viven en el extranjero, expresa un rechazo frontal a que se negocie la legalización de Batasuna o el régimen de los presos. Este porcentaje aumenta cuando es la autodeterminación del País Vasco la que está en juego, es decir, pagar "un precio político".
Tampoco, que se someta a revisión el futuro de Navarra. Estas dos exigencias que han mantenido siempre los terroristas no parece que hayan desaparecido. En el comunicado manifiestan que "al final de ese proceso los ciudadanos vascos deben tener la palabra y la decisión sobre su futuro". Además, en el texto enviado al diario Gara añaden que seguirán "luchando hasta alcanzar los derechos de Euskal Herría", que comprende, para ellos, el País Vasco, Navarra y el suroeste francés.