O sea, que los contratos a suscribir no han sido conocidos debidamente por quienes podían optar a ellos, por lo que no pudieron competir varias empresas para obtenerlos y se hizo todo con la oscuridad necesaria para cometer actos injustos e ilegales. Dicho de otro modo, en Mercasevilla, empresa pública participada por la nacional Mercasa, se contrataba habitualmente a dedo.
Dice el diario sevillano que "Mercasevilla no se ha atenido en los últimos años a la Ley de Contratos del Sector Público ni ha garantizado en sus operaciones los principios de publicidad y libre concurrencia que exigen las leyes. Sus contrataciones, por tanto, no han gozado de la necesaria transparencia y han estado marcadas por la discrecionalidad, según destaca la auditoría de gestión realizada a encargo del Ayuntamiento sevillano por Deloitte."
En el informe, además de subrayar que en Mercasevilla regía la falta de control contable, algo natural en quienes pretendían cobrar comisiones y que ellas no pudieran contabilizarse como se confiesa en las cintas se destacan "las lagunas" que esta empresa pública municipal presenta en la contratación pública. Según ese informe, en la gestión de Mercasevilla "no existían prácticas adecuadas para garantizar los principios de publicidad y concurrencia, sin que en las pruebas de control de los procedimientos aplicados en los procesos de autorización de gastos e inversiones exista constancia de solicitud de diversas ofertas, proceso formal de selección de ofertas, etc". Señala una "única excepción" de las contrataciones y compras realizadas desde el Departamento de Informática, donde "sí hay establecida la práctica de solicitar varias ofertas". En el resto, contratos a dedo.
Recuerda el informe que con la entrada en vigor el 30 de abril de 2008 de la nueva Ley para estos contratos de la Administración, Mercasevilla resultaba aún más obligada a respetar los principios de publicidad, concurrencia, transparencia y no discriminación que viene saltándose en los últimos años. La entrada en vigor de la nueva normativa "ha venido a clarificar las obligaciones" de esta sociedad a la hora de contratar, se indica.
La auditora añade que la sociedad "a diferencia de lo realizado por entidades como Mercamadrid o Mercabarna, la sociedad no ha desarrollado el documento de instrucciones internas de contratación que, de acuerdo con lo establecido por la Ley, establezca las directrices precisas para la salvaguarda de los principios de contratación". Además, se indica en el informe que Mercasevilla "no ha desarrollado, ni por lo tanto publicado en su web, un perfil del contratante que recoja, entre otros aspectos, las citadas instrucciones, los procesos de contratación abiertos, etc".
En definitiva, resume ABC, el oscurantismo ha presidido este tipo de operaciones, Incluso llega a apuntar la auditoría que "en el periodo analizado no se tiene constancia de que las entidades —Mercasevilla y su fundación— hayan convocado ningún concurso público". Se hace mención a una única excepción: la celebración de un concurso en 2006 para la opción de compra del suelo de las instalaciones, adjudicada a Sando e investigada ahora porque Sado tuvo también que "aflojar" dinero a los comisionistas grabados por los empresarios del grupo La Raza.