(Libertad Digital) Estaba tardando en llegar la defensa de Odón Elorza a las “opiniones personales” de Maragall sobre unas denuncias de tortura que se contaron con detalle en emisoras de radio tras el cierre de Egunkaria. El alcalde socialista de San Sebastián ya expresó su oposición al cierre del diario –el juez lo considera administrado por ETA– y reclamó su reapertura “inmediata”. Lo contrario sería, según el socialista vasco, dar “pasitos hacia la fractura social”. Pero cuando Otamendi relató en emisoras como Euskadi Irratia, ComRadio o la SER lo que, según él, le hizo la Guardia Civil, Maragall confesó conmoción y decidió creerle.
En el Gobierno y en el PP, las declaraciones del líder del PSC desataron una tormenta por lo que, desde el primer momento, han exigido una rectificación por su parte o una llamada de atención desde la Secretaría General de Zapatero. Pero hasta ahora, todo han sido evasivas.
Un día después de que Rato dijera en el Congreso que la actitud de Maragall “da cobertura” (luego lo cambió por “dar crédito” y Caldera se quedó contento) a los que apoyan a los terroristas Elorza sale a defender, una vez más, a su compañero catalán. No es la primera vez que lo hace. El 24 de octubre de 2002, confesó que la solución a la situación en el País Vasco pasa por una victoria de Maragall en Cataluña porque, como Cuba o Angola, “es una referencia para todos los vascos”. Ahora ese apoyo es ya incondicional: "Maragall tiene todo mi apoyo, diga lo que diga".
Además, insiste Elorza en que deben investigarse esas denuncias realizadas por Otamendi, ya que los primeros interesados en que se aclaren son el sistema democrático, las autoridades policiales, el Gobierno y quienes estamos en la lucha por la paz y los derechos humanos en Euskadi”, esto último, referido a él mismo. Añade, para terminar por esta vez, que cualquier demócrata puede condenar enérgicamente la violencia terrorista de ETA y estar en la "disposición moral" de reclamar a la vez la estricta aplicación del Estado de Derecho, evitando malos tratos o torturas en el supuesto que se den.
Conversación telefónica con Ferraz. No hay "carga política"
No hay rectificación (al menos pública) pero sí una comunicación de la dirección socialista con Maragall. Dice el socialista catalán que quiere hablar con Rato o con cualquier otro ministro para aclarar que sus declaraciones no tenían "carga política". Desde Bruselas, Maragall ha querido mostrar su "respeto absoluto y total a las fuerzas del orden españolas".
Para no parecer que se echa atrás, el líder del PSC cree que el Gobierno "ha querido instrumentalizar este pequeño incidente para ocultar otros problemas que está teniendo el país".
En el Gobierno y en el PP, las declaraciones del líder del PSC desataron una tormenta por lo que, desde el primer momento, han exigido una rectificación por su parte o una llamada de atención desde la Secretaría General de Zapatero. Pero hasta ahora, todo han sido evasivas.
Un día después de que Rato dijera en el Congreso que la actitud de Maragall “da cobertura” (luego lo cambió por “dar crédito” y Caldera se quedó contento) a los que apoyan a los terroristas Elorza sale a defender, una vez más, a su compañero catalán. No es la primera vez que lo hace. El 24 de octubre de 2002, confesó que la solución a la situación en el País Vasco pasa por una victoria de Maragall en Cataluña porque, como Cuba o Angola, “es una referencia para todos los vascos”. Ahora ese apoyo es ya incondicional: "Maragall tiene todo mi apoyo, diga lo que diga".
Además, insiste Elorza en que deben investigarse esas denuncias realizadas por Otamendi, ya que los primeros interesados en que se aclaren son el sistema democrático, las autoridades policiales, el Gobierno y quienes estamos en la lucha por la paz y los derechos humanos en Euskadi”, esto último, referido a él mismo. Añade, para terminar por esta vez, que cualquier demócrata puede condenar enérgicamente la violencia terrorista de ETA y estar en la "disposición moral" de reclamar a la vez la estricta aplicación del Estado de Derecho, evitando malos tratos o torturas en el supuesto que se den.
Conversación telefónica con Ferraz. No hay "carga política"
No hay rectificación (al menos pública) pero sí una comunicación de la dirección socialista con Maragall. Dice el socialista catalán que quiere hablar con Rato o con cualquier otro ministro para aclarar que sus declaraciones no tenían "carga política". Desde Bruselas, Maragall ha querido mostrar su "respeto absoluto y total a las fuerzas del orden españolas".
Para no parecer que se echa atrás, el líder del PSC cree que el Gobierno "ha querido instrumentalizar este pequeño incidente para ocultar otros problemas que está teniendo el país".