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EL ZOO DE LA PLAYA, por Víctor Gago

(Libertad Digital-Víctor Gago) Las ciudades de litoral tienen su propio bestiario playero, al que la tradición oral nativa atribuye toda clase de proezas. Los paisanos veneran ese acervo como si fuera un segundo casco histórico. Lo transmiten intacto, sólo que, en vez de ladrillos, está hecho de figuras y figurines. En ese zoo de salitre, reina sobre todas las criaturas el chulo-playa. Si el chulo-playa fuera político, se llamaría Miguel Sebastián. Y si fuera broker, trabajaría en Intermoney. Más chulo que un ocho, lo mismo cuando se ofrece a soterrar la Gran Vía que cuando OPA el último y, claro, OPA mejor.  
 
Broncíneo y macizo, no hay nada que el chulo-playa no borde. Las mejores poses, el reaggeton más divino, el brazo más rápido con las palas, el tanga más apretado, el buga más tuneado y las pibas más requintadas le anuncian y le pronuncian como bautistas al Mesías. Bajo esa fiera apariencia de guerrero solar, el chulo-playa es todo espoiler y corazón. Allí donde haya una madre de familia necesitada de factor 15 en la espalda, el chulo-playa impondrá sus manos amigas y no dejará una célula sin arropar.
 
Cada campaña electoral tiene su estilo, y el de Miguel Sebastián es prometer casi cualquier cosa con madrileña chulería playera, sabiendo que no ganará para contarlo: wi-fi gratis total en todo Madrid, bonobuses por la patilla y, ahora, playas de 4.500 metros.
 
Dile lo que quieres en Madrid, y él te hace un croquis y te monta una performance con Zerolo, que juega a las palas al estilo loco-playa, según hemos comprobado este viernes en las imágenes de Libertad Digital Televisión y Telemadrid sobre la presentación del proyecto del PSOE para emular en el Manzanares la París Plage construida por el alcalde socialista Bertrand Delanoe a lo largo de 4 kilómetros del Sena.
 
El loco-playa es otro arquetipo playero muy popular en Canarias, de donde procede el concejal. El loco-playa (o la loca-playa, para ir con el espíritu hermafrodita de los tiempos) se apunta a un bombardeo si es por amor a los ficus, los flamboyanes y cualquier otra especie vegetal o animal exótica bajo el sol. Hace tres semanas, se presentó en una manifestación de saharauis donde gritaban "Zapatero, traidor", y él los abrazó uno a uno, transmitiéndoles un torrente de energía.

Si Sebastián se convierte un siglo de estos en alcalde, Zerolo está llamado a ser el primer concejal de Playas de Madrid. Aquí, esta pareja de palas de playa, Sebastián y Zerolo, quieren meter, en 4.500 metros cuadrados: piscinas, duchas cada 75 metros, restaurante-terraza, canchas de bádminton, petanca y voley-playa, pared de escalada, biblioplaya, botiquín, aseos, vestuarios, un punto de alquiler de bicicletas y 100 hamacas con sus correspondientes sombrillas. Con un par.

Cuerpos y almas se lo agradecerán con raves molonas hasta las tantas, entre el Puente del Rey y el Puente de Segovia. Como en Ibiza, pero sin comisiones y con churros. ¿Fomentarán el botellón y la quema de hamacas, como en Malasaña? Todo apunta que no. Para chulos, los de chiringuito.

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