(Libertad Digital) José Ramón López Santamaría, presidente del mayoritario Sindicato de Prisiones ACAIP, ha confirmado en el programa La Linterna que dirige en la COPE César Vidal que en la prisión pontevedresa de A Lama se celebró la masacre de Madrid, el mismo día 11 de marzo. Los festejos corrieron a cargo de los internos musulmanes y, como afirmaba este jueves el diario El Mundo, los invitados eran presos etarras.
Según López Santamaría, los internos de la banda terrorista ETA tienen “buenas relaciones” con los islamistas, al menos en A Lama. Según relató este representante sindical el día 11 “el imán invitó a todo el que quisiera a comer y beber en el economato para celebrar el macabro suceso” y los presos de ETA “aprobaron y festejaron” la matanza. Este mismo jueves, horas después de que la edición de El Mundo viera la luz, la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, negaba la mayor: no hubo celebración, y menos conjunta entre etarras y musulmanes porque el 11-M, explica Gallizo, “los presos de ETA estaban aislados”. En su opinión, “todo corrobora que es una información que no se corresponde a la realidad”.
El testimonio oído en La Linterna ofrece sin embargo detalles que corroboran la información original. López Santamaría ha detallado que no participó ningún preso español “excepto los internos terroristas pertenecientes a ETA”. El presidente del ACAIP ha asegurado que los presos fueron aislados en sus celdas, donde “siguieron las celebraciones desde las ventanas que dan al patio”.
Organizados, jerarquizados y adiestrados con disciplina militar
Antes de escuchar la versión de López Santamaría, el número dos del sindicato mayoritario ACAIP, Juan Figueroa, denunciaba también en la COPE que en esta cárcel, donde están ingresados 120 integristas islámicos, el 11-M el imán de los reclusos integristas invitó a té y café al resto de presos de su módulo para festejar los atentado. Es decir, por tercera vez, se confirmaba la información del diario El Mundo. De hecho, la dirección de la prisión ha reconocido que esta invitación se reflejó en un informe. En la cárcel de A Lama, según el vicepresidente de ACAIP, hay un núcleo duro fundamentalista, que está perfectamente organizado. Tanto, que cuenta con una estructura paramilitar y hasta adiestra a los reclusos fundamentalistas con ejercicios como la pista americana –circuito de obstáculos de alta dificultad usado originalmente por el ejército de EEUU– en los que, eso sí, utilizan una escoba a modo de fusil, según las versión de Figueroa.
Usureros y prestamistas a plena luz del día
Sobre este mismo asunto, López Santamaría ha detallado que la organización se lleva a cabo “a través de líderes que se autodenominan imanes y que establecen un sistema jerárquico y religioso. “Los coroneles –explica el presidente de ACAIP– representan una segunda instancia dentro de esta estructura”. Se encargan de velar por el cumplimiento del Corán con métodos expeditivos que incluyen “amenazas, coacciones e incluso agresiones, a aquellos reclusos que no quieren cumplir lo que quieren imponer los líderes religiosos”.
Llegan a la categoría de intocables ya que estos “imanes y coroneles” no hablan con los funcionarios de prisiones, encargando esa labor a otras personas. Resulta especialmente grave su poder adquisitivo dentro de las prisiones: “Sólo sabemos que sus ingresos vienen del exterior y que prestan dinero a alto interés, exigiendo dádivas o el cumplimiento de ciertas conductas. Algunos reclusos han llegado a autolesionarse o alegar problemas mentales para poder salir del módulo y evitar problemas con esas personas”.
Preocupación de los funcionarios
López Santamaría ha mostrado en La Linterna su preocupación y ha aprovechado para lanzar un mensaje a Instituciones Penitenciarias que, por el momento, niega estos hechos: “Los funcionarios –lamenta– no tenemos medios y vivimos esto con mucha preocupación; nos preocupa que esta situación se generalice en todo el país porque entonces constituiría un verdadero problema muy difícil de solucionar”. Además, ha expresado su desacuerdo con que “desde la dirección de Instituciones Penitenciarias se diga que no hay incidentes graves, no se puede reaccionar sólo cuando hay motines, muertos y secuestros”.