LD (Víctor Gago) El Cabildo de Lanzarote –Gobierno de la isla, en la singular estructura administrativa de Canarias– y los Ayuntamientos de Arrecife –la capital–, Teguise –principal municipio turístico–, San Bartolomé y Tías integran el reparto institucional pactado por PSOE y el PIL de Dimas Martín.
El pasado 9 de julio, 500 lugareños se concentraron a las puertas de la cárcel para pedir la puesta en libertad del fundador del PIL, ex presidente del Cabildo, ex senador y ex alcalde de Teguise pero, sobre todas las cosas, auténtico mandatario de Lanzarote, a la luz o a la sombra, desde hace veinticinco años.
Las muestras de adhesión al líder, espontáneas o inducidas, se repiten desde que Don Dimas –como se le conoce, reverencialmente– entró en prisión hace siete meses, por tercera o cuarta vez, para cumplir una pena de ocho años de prisión y quince de inhabilitación por un delito continuado de malversación de caudales, fraude de subvenciones y delito contra la Seguridad Social, todos cometidos cuando era alcalde de Teguise.
El PSOE y el PIL –partido que gravita alrededor de su fundador, al igual que la vida política de Lanzarote– empezaron a hablar de gobernar juntos desde antes de las Elecciones, sobre la certeza –asumida por todos los partidos– de que ningún gobierno es viable en la Isla sin el concurso del PIL y, por lo tanto, sin la bendición de Don Dimas.
Todos los acuerdos políticos del PIL se supeditan, desde que comenzaron a acumularse las condenas contra Dimas Martín, a la expectativa de un indulto de su líder.
No es posible verificarlo, pero todos dan por hecho en Canarias que la excarcelación de Don Dimas ha estado sobre el tapete durante las conversaciones con el PSOE, que se remontan a la etapa en la que Juan Fernando López Aguilar era aún ministro de Justicia.
No hay más prioridad que la puesta en libertad del patrón para el PIL ni para los miles de almas paisanas que este partido moviliza a base de becas, puestos de trabajo, sufragio de gastos de funerales y otros estipendios de gran ayuda para las gentes más humildes.
Cuando aún gobernaba el PP, los contactos con el PIL fueron igualmente inefables, reales como la vida misma pero jamás admitidos por ninguna de las partes, siempre sobre la expectativa de un indulto que sólo puede llegar de la mano del Gobierno central.
En las Elecciones Generales de 2004, consciente de la dificultad de conseguir un escaño en una circunscripción que es provincial –Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura– y no insular, Dimas Martín llegó a difundir a través de su tupida red de influencia las papeletas del PP al Congreso y al Senado.
La baza de Dimas Martín para atraer a los partidos que negocian con él siempre es la misma: la llave del poder en Lanzarote, que conserva celosamente.
López Aguilar: "El PIL es como el Cartel de Medellín"
En este contexto de proximidad del PIL y el PP, el entonces candidato al Congreso por el PSOE, Juan Fernando López Aguilar, comparó en 2003 al partido de Dimas Martín "con el Cartel de Medellín", poniéndolo como emblema del clima de corrupción contra el que, desde entonces, ha emprendido una feroz cruzada, al menos retórica.
Porque mientras la Fiscalía y la Brigada de Información de la Policía, ambas dependientes de la jerarquía del Gobierno, se dedicaban a perseguir a alcaldes y concejales del PP en vísperas de las recientes Elecciones autonómicas y locales, al grito de "tolerancia cero a la corrupción", el PSOE de López Aguilar y el PIL de Dimas Martín ya negociaban en secreto repartirse Lanzarote, como se ha comprobado en la rapidez con la que han sellado un pacto global para las instituciones más importantes de la isla.
El acuerdo ha permitido al PSOE hacerse con la Presidencia del Cabildo de la Isla, y las Alcaldías de Arrecife, Tías y San Bartolomé. A cambio, el PSOE ha apoyado al hijo de Dimas Martín, José Dimas Martín, como alcalde de Teguise, municipio turístico de la Isla donde el PSOE gobernará las áreas de Economía y Hacienda, Cultura, Servicios Sociales, y Juventud y Deportes, entre otras.