(Libertad Digital) El texto de la moción presentada por el PNV en Llodio es la mejor defensa del diario Egunkaria, cerrado por depender de ETA. En siete puntos se resume todo el argumentario del propio Marcelo Otamendi (director del rotativo) y de la banda terrorista. Pero el PSOE ha decidido identificarse con lo expuesto y ha votado a favor. La moción hubiera prosperado también sin sus votos, pero el hecho marca ya un giro definitivo y pone en peligro –aunque se haya producido en un ayuntamiento– el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, firmado por Gobierno, PP y PSOE.
A la vista del texto de la moción, el PSOE y el PNV muestran su “posición inequívoca de denuncia ante la vulneración del derecho de libertad de expresión (...) que suponen las actuaciones combinadas del Ministerio del Interior y la Audiencia Nacional”. Ya en el primer punto, el PSOE no sólo se alía sin ambages al PNV sino que comparte que hubo una maniobra conjunta entre ambas instancias pese a que fue demostrada su inexistencia.
En el segundo punto, la coincidencia deja todavía en peor lugar a los socialistas vascos. Invocan la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1948) para aliarse en la operación contra el Ministerio del Interior y la Guardia Civil y advertir de que no se puede estar “sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”. No hablan del terrorismo sino del cierre de un periódico en el que se duda de las Fuerzas de Seguridad y se apunta a que hubo torturas por el simple testimonio no probado de uno de los imputados. En este sentido, se exige una investigación “hasta sus últimas consecuencias”.
El tercer punto es escueto: “Manifestar solidaridad con la dirección y los trabajadores de Euskaldunon Egunkaria”, pese a que algunos estén procesados.
En el punto cuarto, lo que apoya el PSOE es que la operación de cierre fue realizada por “manifiesta intencionalidad política”. El razonamiento vuelve a ser la nota de prensa emitida por el Ministerio de Interior y supervisada por el juez para valorar si afectaba al proceso. Desde el PNV –y ahora también desde el PSOE– se interpreta como una connivencia política.
El argumento del quinto punto es tan propio de Batasuna, ETA y su extenso entramado como sorprendente: “Denunciar el permanente empeño del Gobierno del Estado en intentar relacionar sistemáticamente el euskera y el mundo de la cultura vasca con la violencia”. También esto lo suscriben los concejales socialistas de Llodio.
Los dos últimos puntos de la moción se centran en “exigir la reapertura inmediata del diario Euskaldunon Egunkaria” y, lo que es más grave, “manifestar su compromiso de contribuir al mantenimiento y/o creación de un periódico en euskera”. Es decir, financiar.
A la vista del texto de la moción, el PSOE y el PNV muestran su “posición inequívoca de denuncia ante la vulneración del derecho de libertad de expresión (...) que suponen las actuaciones combinadas del Ministerio del Interior y la Audiencia Nacional”. Ya en el primer punto, el PSOE no sólo se alía sin ambages al PNV sino que comparte que hubo una maniobra conjunta entre ambas instancias pese a que fue demostrada su inexistencia.
En el segundo punto, la coincidencia deja todavía en peor lugar a los socialistas vascos. Invocan la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1948) para aliarse en la operación contra el Ministerio del Interior y la Guardia Civil y advertir de que no se puede estar “sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”. No hablan del terrorismo sino del cierre de un periódico en el que se duda de las Fuerzas de Seguridad y se apunta a que hubo torturas por el simple testimonio no probado de uno de los imputados. En este sentido, se exige una investigación “hasta sus últimas consecuencias”.
El tercer punto es escueto: “Manifestar solidaridad con la dirección y los trabajadores de Euskaldunon Egunkaria”, pese a que algunos estén procesados.
En el punto cuarto, lo que apoya el PSOE es que la operación de cierre fue realizada por “manifiesta intencionalidad política”. El razonamiento vuelve a ser la nota de prensa emitida por el Ministerio de Interior y supervisada por el juez para valorar si afectaba al proceso. Desde el PNV –y ahora también desde el PSOE– se interpreta como una connivencia política.
El argumento del quinto punto es tan propio de Batasuna, ETA y su extenso entramado como sorprendente: “Denunciar el permanente empeño del Gobierno del Estado en intentar relacionar sistemáticamente el euskera y el mundo de la cultura vasca con la violencia”. También esto lo suscriben los concejales socialistas de Llodio.
Los dos últimos puntos de la moción se centran en “exigir la reapertura inmediata del diario Euskaldunon Egunkaria” y, lo que es más grave, “manifestar su compromiso de contribuir al mantenimiento y/o creación de un periódico en euskera”. Es decir, financiar.