Estamos de nuevo ante la confusión planificada.
Hay que echar mucho humo, mucha tinta para entontencer y agotar las neuronas ajenas.
Se organizan:
--- Yo digo que no hay conversasiones
---Tu dices que sí que las hay.
---el que esucha entiende lo que más le interesa.
---pero al día siguiente cambian los turnos y cada uno debe decir algo contrario a lo que dijo.
---y el que escucha termina mandando a la m. al que dijo y al que se desdijo, pero ellos han conseguido el abandono, el olvido por aburrimiento. Y a esto le llaman LIBERTAD, Verdad, JUSTICIA, democracia, hasta que el susodicho oyente se despierte y vote ya borrachas sus neuronas que le den otro mazazo en su coronilla.
Para gobernar así no se necesita ser ingeniero. Basta con ser salvajes.