L D (Agencias) El hecho de que los nacionalistas de PNV-EA sostengan en sus idearios políticos la inclusión de Navarra en su particular visión de Euskal Herria no ha frenado a los socialistas que no han dudado en servirse de su apoyo para sentarse en los sillones del poder municipal en ayuntamientos de Navarra, en contra de lo dispuesto por Zapatero. Además, este mismo sábado, Odón Elorza ha salido elegido como nuevo alcalde de San Sebastián por mayoría absoluta gracias al PP que ha demostrado su prioridad por que en el País Vasco haya alcaldes no nacionalistas o al menos lo parezca. El caso de Navarra vuelve a poner en evidencia el liderazgo de Zapatero que avaló personalmente el apoyo a la lista no nacionalista más votada. De hecho, tras conocerse la maniobra, Ferraz ha anunciado apertura de expedientes a los concejales socialistas responsables.
El terremoto del socialismo abre una nueva grieta también en Navarra. Como en Madrid, la desobediencia a la disciplina de partido deja a Zapatero en evidencia. Ferraz, inmersa en la revolución madrileña, ha reaccionado a través de José Blanco que ya ha anunciado expedientes contra los concejales que han posibilitado estos pactos.
La designación de alcaldes del PSN (Partido Socialista Navarro) en municipios como Barañáin, Tafalla, Estella, Burlada o Sangüesa ha tenido lugar tras unas jornadas en las que se han sucedido las acusaciones entre socialistas y UPN, los cuales llegaron a pedir al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, que impidiera los acuerdos con fuerzas firmantes del Pacto de Lizarra. No era para menos.
Sin embargo, saltándose una orden de Ferraz en este sentido, que la dirección del PSN no quiso confirmar ni desmentir, los socialistas navarros se reafirmaron en su postura de presentar a la investidura a sus candidatos aunque, subrayaron, "sin pactos ni globales ni puntuales con ninguna fuerza nacionalista". Pero, eso sí, gracias a ellos y en detrimento de UPN.
Había una orden desde Ferraz que se ha desobedecido
El secretario de Organización del PSN, Carlos Chivite, no quiso hacer comentarios respecto a la prohibición de la Ejecutiva Federal de conseguir alcaldías con el voto nacionalista, que podía incluir incluso no votar a sus propios candidatos y hacerlo en blanco si era necesario. Pero Chivite dice que "nosotros teníamos el compromiso ciudadano de presentar a nuestros candidatos y votarnos a nosotros mismos".
Lo cierto es que los socialistas navarros no han hecho caso a su Ejecutiva Federal y han pactado por libre, como no ha cesado de aconsejar Patxi López en el País Vasco. Las "manos libres" han triunfado sobre la opinión defendida desde la dirección socialista
La dimisión de Zapatero por consentir el atropello
El secretario general de UPN, Alberto Catalán , se mostró convencido de la existencia de pactos y llegó a decir que "fundamentalmente el Partido Socialista parece que quiere reeditar el Pacto de Estella". En definitiva, según Catalán, "la ambición desmesurada por llegar a algunas alcaldías le ha llevado incluso a aceptar los votos del nacionalismo vasco". Cabe apuntar que, además nos encontramos ante una violación de los principios que se defienden en el preámbulo del Pacto Antiterrorista que excluye cualquier tipo de negociación con el nacionalismo.
Añade el líder de Unión del Pueblo Navarro que "desde nuestro punto de vista es una aberración política (...) lo que es evidente es que el señor Rodríguez Zapatero debiera decir algo, porque si no, lo más lógico es que presentase la dimisión, fundamentalmente por la hipocresía política que significa decir una cosa en Madrid y luego llevar a la práctica otra completamente diferente en Navarra".
Para el dirigente de UPN, "es totalmente ilógico e incomprensible desde el punto de vista político que se quiera caer en los brazos del nacionalismo vasco, de aquellos que critican la Constitución, que plantean proyectos soberanistas, que quieren incluso la integración de Navarra en Euskadi".
El terremoto del socialismo abre una nueva grieta también en Navarra. Como en Madrid, la desobediencia a la disciplina de partido deja a Zapatero en evidencia. Ferraz, inmersa en la revolución madrileña, ha reaccionado a través de José Blanco que ya ha anunciado expedientes contra los concejales que han posibilitado estos pactos.
La designación de alcaldes del PSN (Partido Socialista Navarro) en municipios como Barañáin, Tafalla, Estella, Burlada o Sangüesa ha tenido lugar tras unas jornadas en las que se han sucedido las acusaciones entre socialistas y UPN, los cuales llegaron a pedir al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, que impidiera los acuerdos con fuerzas firmantes del Pacto de Lizarra. No era para menos.
Sin embargo, saltándose una orden de Ferraz en este sentido, que la dirección del PSN no quiso confirmar ni desmentir, los socialistas navarros se reafirmaron en su postura de presentar a la investidura a sus candidatos aunque, subrayaron, "sin pactos ni globales ni puntuales con ninguna fuerza nacionalista". Pero, eso sí, gracias a ellos y en detrimento de UPN.
Había una orden desde Ferraz que se ha desobedecido
El secretario de Organización del PSN, Carlos Chivite, no quiso hacer comentarios respecto a la prohibición de la Ejecutiva Federal de conseguir alcaldías con el voto nacionalista, que podía incluir incluso no votar a sus propios candidatos y hacerlo en blanco si era necesario. Pero Chivite dice que "nosotros teníamos el compromiso ciudadano de presentar a nuestros candidatos y votarnos a nosotros mismos".
Lo cierto es que los socialistas navarros no han hecho caso a su Ejecutiva Federal y han pactado por libre, como no ha cesado de aconsejar Patxi López en el País Vasco. Las "manos libres" han triunfado sobre la opinión defendida desde la dirección socialista
La dimisión de Zapatero por consentir el atropello
El secretario general de UPN, Alberto Catalán , se mostró convencido de la existencia de pactos y llegó a decir que "fundamentalmente el Partido Socialista parece que quiere reeditar el Pacto de Estella". En definitiva, según Catalán, "la ambición desmesurada por llegar a algunas alcaldías le ha llevado incluso a aceptar los votos del nacionalismo vasco". Cabe apuntar que, además nos encontramos ante una violación de los principios que se defienden en el preámbulo del Pacto Antiterrorista que excluye cualquier tipo de negociación con el nacionalismo.
Añade el líder de Unión del Pueblo Navarro que "desde nuestro punto de vista es una aberración política (...) lo que es evidente es que el señor Rodríguez Zapatero debiera decir algo, porque si no, lo más lógico es que presentase la dimisión, fundamentalmente por la hipocresía política que significa decir una cosa en Madrid y luego llevar a la práctica otra completamente diferente en Navarra".
Para el dirigente de UPN, "es totalmente ilógico e incomprensible desde el punto de vista político que se quiera caer en los brazos del nacionalismo vasco, de aquellos que critican la Constitución, que plantean proyectos soberanistas, que quieren incluso la integración de Navarra en Euskadi".