L D (EFE) Hasta esta tarde los delegados no elegirán entre Lizarbe y el candidato del sector crítico del partido, el senador Carlos Chivite, hasta hace unos días secretario de organización, pero el congreso ha comenzado con un partido dividido prácticamente por mitades, lo que ha obligado a intervenir a la ejecutiva federal del PSOE en los últimos días.
Al final, este viernes se zanjaron parte de los problemas al admitir la presencia en el congreso de ocho delegados que habían sido excluidos por la ejecutiva regional, todos ellos del sector crítico, mientras que se mantuvo la anulación de otros tres, por lo que esta mañana estaban convocados 214 de los que asistieron 213.
Al presentar el informe de gestión, Lizarbe comenzó por indicar que "todos somos socialistas" y por eso apuntó que lo que el congreso debe discutir "es simplemente cómo tenemos que hacer las cosas" y ante el secretario de la ejecutiva federal Oscar López; el secretario general de las Juventudes Socialistas de España, Erik Campos; y el líder de los socialistas riojanos, Francisco Martínez Aldama, explicó que el PSN ha pasado de ser "la posibilidad" a ser "la garantía del cambio político en Navarra". "Nadie duda de que somos la oposición y queremos ser el Gobierno", dijo, y explicó que UPN se encuentra en "un punto de inflexión política" que el PSN debe aprovechar.
Señaló por ello que no entiende "a quienes enfocan el futuro con las brumas del pasado, a quien enfocan el futuro con la estrategia superada de la desorientación política o en la prioridad por colaborar con la derecha gobernante" y por ello aseguró que frente a esta actitud la suya es la de "la voluntad decidida" de gobernar. Con este mismo objetivo, Oscar López pidió al PSN que este congreso sea "útil para el partido y la sociedad" y que salga de él "un equipo" que trabaje "con cohesión" porque los votos recibidos "son un compromiso" con los ciudadanos que han "recuperado" la confianza en los socialistas.
Al final, este viernes se zanjaron parte de los problemas al admitir la presencia en el congreso de ocho delegados que habían sido excluidos por la ejecutiva regional, todos ellos del sector crítico, mientras que se mantuvo la anulación de otros tres, por lo que esta mañana estaban convocados 214 de los que asistieron 213.
Al presentar el informe de gestión, Lizarbe comenzó por indicar que "todos somos socialistas" y por eso apuntó que lo que el congreso debe discutir "es simplemente cómo tenemos que hacer las cosas" y ante el secretario de la ejecutiva federal Oscar López; el secretario general de las Juventudes Socialistas de España, Erik Campos; y el líder de los socialistas riojanos, Francisco Martínez Aldama, explicó que el PSN ha pasado de ser "la posibilidad" a ser "la garantía del cambio político en Navarra". "Nadie duda de que somos la oposición y queremos ser el Gobierno", dijo, y explicó que UPN se encuentra en "un punto de inflexión política" que el PSN debe aprovechar.
Señaló por ello que no entiende "a quienes enfocan el futuro con las brumas del pasado, a quien enfocan el futuro con la estrategia superada de la desorientación política o en la prioridad por colaborar con la derecha gobernante" y por ello aseguró que frente a esta actitud la suya es la de "la voluntad decidida" de gobernar. Con este mismo objetivo, Oscar López pidió al PSN que este congreso sea "útil para el partido y la sociedad" y que salga de él "un equipo" que trabaje "con cohesión" porque los votos recibidos "son un compromiso" con los ciudadanos que han "recuperado" la confianza en los socialistas.