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El presidente del Parlamento catalán ante el pleno del viernes: "O hacemos historia o el ridículo más espantoso"

Ernest Benach ha reconocido que "si no se aprueba el Estatut la sensación de ridículo que tendremos todos juntos, colectivamente como país, será inmensa". Precisamente, el líder del PP, Mariano Rajoy, cree que la clase política catalana está "bajo mínimos" y por ello pidió que "alguien en la sociedad catalana" debe decirles que "dejen de hacer el ridículo". En el PSOE, Rubalcaba se ha mostrado "menos optimista", mientras el ministro Montilla ha arremetido contra CiU por tener una "visión cortoplacista y oportunista".

(Libertad Digital)
El presidente del PP,Mariano Rajoy, cree que la clase política catalana está "bajo mínimos" y "lejísimos de estar a la altura de las circunstancias" en el debate del Estatuto catalán, y aseguró que están ofreciendo "uno de los espectáculos más lamentables que he visto en mi vida". En declaraciones a Telecinco, Rajoy calificó de "lamentable" y de "bochorno" el actual debate en torno al Estatuto y añadió que los ciudadanos catalanes "no se merecen una clase política así".

"No hay derecho a que a los ciudadanos catalanes se les tenga machacados con el Estatuto", apostilló Rajoy. Tras asegurar que también es "lamentable" y "grotesco" el papel que lleva a cabo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, criticó que éste "primero dijo que aprobaría cualquier texto que saliera del Parlamento catalán, después que sólo lo aprobaría si no iba contra la Constitución y después intervino al reunirse con el líder de CiU dos veces ". "La irresponsabilidad con la que Zapatero ha conducido este asunto sólo es comparable con la irresponsabilidad con la que se conduce la lucha antiterrorista", sentenció. En su opinión, el PP "no tiene en frente a un partido de ideología socialista, sino a personas que están actuando irresponsablemente, sin conocimiento de lo que hacen y que pueden crear un problema muy grave" en España. "Luego dirán que somos anticatalanes, no soy anticatalán, sino que estoy a favor del sentido común y la lógica, y de que no se tome el pelo a la gente", resaltó.

 
Desde el PSOE, su portavoz en el Congreso de los Diputados, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha declarado en la Cadena SER que el presidente del Gobierno "ha intentado acercar posiciones y facilitar el acuerdo con los límites que todo el mundo conoce" en la negociación del Estatuto catalán. "Se trata de recoger la opinión del presidente del Gobierno y que éste facilite el acuerdo –explicó Rubalcaba. Había un parón, había una tensión política entre los grupos parlamentarios en Cataluña importante y como el objetivo es compartido, como en Cataluña y en Madrid queremos una reforma estatutaria, ha sido razonable que el presidente busque esa mediación y trate de buscar ese acuerdo", añadió. Recordó que "queda una semana de negociación" del Estatuto catalán y que la voluntad de los parlamentarios es que "haya Estatuto", aunque reconoció que "hasta antes de ayer, era más optimista".
 
El ministro de Industria y primer secretario del PSC, Josep Montilla, ha dicho que la reforma estatutaria puede verse frustrada "por la visión cortoplacista, coyunturalista y oportunista de CiU". Sobre las declaraciones del consejero y dirigente de ERC Josep Huguet, hablando de posible "guerra civil", el ministro indicó que se descalifican por sí mismas. El titular de Industria acusó a CiU de no querer que sea un gobierno progresista en Cataluña el que impulse un nuevo Estatuto, "por una visión miope", y que si finalmente los convergentes impiden la reforma "los ciudadanos lo tendrán en cuenta en su momento".
 
Por su parte, el presidente del Parlamento catalán,Ernest Benach, advirtió, en relación con el pleno del próximo viernes, de que "o bien hacemos historia o haremos el ridículo más espantoso". Según Benach, "como militante de ERC, la última propuesta de financiación presentada por el PSC creo sinceramente que es una buena base para el acuerdo". Por ello, consideró que "deben sentarse en una mesa, papel y lápiz, y artículo por artículo y, con discreción, se tiene que ir repasando" el texto. En su opinión, "si no se aprueba el Estatut la sensación de ridículo que tendremos todos juntos, colectivamente como país, será inmensa, y ya no es por la sensación de ridículo sino porque nos quedaremos sin un instrumento fundamental para el futuro del país", porque "el Estatut actual, digan lo que digan, está agotado, está acabado, está gastado, ya no da para más".

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