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El PP se entera por El País de que Zapatero le ofrece un pacto con el PNV y sin derrotar a ETA

El PP se ha enterado este domingo por El País de lo que va a ofrecerle Rodríguez Zapatero: un pacto anti-terrorista no escrito, que incluya al PNV, que no hable de derrotar a ETA ni de hacer justicia a las víctimas, y que comprometa al PP a no criticar lo que haga el Gobierno con la banda terrorista. Los píos deseos de Zapatero remiten a los del presidente del PSE, Jesús Eguiguren, quien en El Correo ha adelantado que los socialistas no descartan volver a "dialogar" con ETA.

LD (V.Gago) El nuevo pacto anti-terrorista será un acuerdo entre caballeros, no incluirá entre sus principios la derrota de ETA y garantizará el silencio de la Oposición sobre cualquier medida que el Gobierno adopte sobre la banda terrorista. El PP ha conocido este completo bosquejo de los planes de Rodríguez Zapatero por una información que hoy le escribe su cronista más fiel, Luis R. Aizpeolea, en El País.
 
El diario pro-gubernamental asegura que el presidente ya tiene en mente una oferta al PP y el PNV para superar el pacto anti-terrorista de 2000.
 
La justificación de un nuevo acuerdo es que la situación es distinta a la del año 2000, ETA está más débil y su entorno político está en "proceso de ilegalización" y con algunos de sus dirigentes en la cárcel.
 
Si el panorama fuese como lo pinta el Gobierno a través de su diario amanuense, entonces la justificación para un nuevo acuerdo carece de lógica. De la misma forma, se podría defender la continuidad de un acuerdo, el de 2000, que ha debilitado a ETA, ha metido en la cárcel a sus portavoces políticos y ha llevado sus partidos-pantalla a un "proceso de ilegalización".
 
El problema es que el panorama no es tal y como lo describe el diario pro-gubernamental y, por lo tanto, el globo sonda que el Gobierno ha lanzado a través de El País transporta premisas trucadas.
 
Sobre la supuesta "debilidad operativa" de ETA, no hay más datos que las impresiones que facilita el Gobierno, y éstas se han demostrado erróneas, en los últimos cuatro años.
 
Se dio por "verificada" la falsa tregua, y ETA no ha dejado de armarse –robó más de 300 pistolas en plena "tregua"–, de atentar y de matar; se anunció por el presidente del Gobierno que en el plazo de un año "estaríamos mejor", y ETA mató a dos personas al día siguiente en el atentado de la T-4 de Barajas; se saboteó la acción anti-terrorista de jueces con un chivatazo impune que permitió huir a la cúpula financiera de la banda terrorista; y se ha puesto en manos de los cargos públicos de ANV datos sensibles de potenciales víctimas de ETA.
 
Respecto a la premisa de la ilegalización de ANV-Batasuna-ETA, su toma en consideración como estímulo para un nuevo pacto anti-terrorista no puede prescindir del hecho de que ANV ha vuelto a las instituciones gracias al Gobierno de Rodríguez Zapatero, que los líderes hoy encarcelados de Batasuna eran calificados hasta hace poco como "hombres de paz" y, sobre todo, que desde el Gobierno, su ministro de Justicia ha defendido la doctrina de una aplicación de la Justicia adaptada a las circunstancias.
 
Según El País, el acuerdo que Rodríguez Zapatero va a ofrecer a Mariano Rajoy y a Íñigo Urkullu (PNV) será no escrito y descansará en cuatro principios:
 
1)      Lucha policial. El Gobierno da por descontado que tiene ante sí una ETA más débil, "aunque pueda cometer atentados". Zapatero se concede a sí mismo la ventaja de "un gran conocimiento" de la banda terrorista, lo que explicaría, según El País, los "éxitos" policiales, la mayoría de los cuales han sido protagonizados, al menos en la fase de detenciones, por las fuerzas francesas de seguridad.
2)      Lucha judicial y aislamiento del entorno político. También se da por "debilitado" al "entorno político de ETA", dice El País, "con la Dirección de Batasuna en prisión y las organizaciones abertzales que aún tienen representación municipal o parlamentaria, ANV y PCTV, en proceso de ilegalización". La información de El País oculta un recordatorio esencial: que esas fuerzas políticas de ETA están en las instituciones gracias a que el Gobierno, tal y como dijo el Tribunal Supremo en su sentencia del 5 de mayo de 2007, decidió no instar la ilegalización de todas las listas electorales, sino sólo de una parte.
3)      Colaboración internacional. Zapatero esgrime la colaboración con Francia, que ya estaba en marcha con el pacto anti-terrorista de 2000, y presume de "la pérdida de los apoyos internacionales que quedaban a ETA: el nacionalismo irlandés; Suráfrica,...", cita El País algunos de los más pintorescos. De nuevo, el diario pro-gubernamental borra de su memoria uno de los mayores éxitos internacionales de ETA, la división del Parlamento Europeo y la victoria pírrica del PSOE al llevar a la Cámara una moción de apoyo a su negociación con la banda terrorista, en octubre de 2005.
4)      Sacar la política antiterrorista del debate. El presidente, que no contempla a las víctimas ni la derrota de ETA en su oferta, no se olvida de incluir el punto más importante para su discurso ambiguo y pragmático: obtener un compromiso de silencio del PP ante las maniobras de un político que ya ha demostrado que sabe negociar con ETA de espaldas a la Opinión Pública, como reconoció el propio Zapatero en su última entrevista concedida al diario El Mundo.
 

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