El PP demuestra que Aznar nunca habló de concesiones políticas durante la tregua de ETA
El secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, presentó una recopilación de las declaraciones de José María Aznar sobre la tregua de ETA, realizadas entre 1998 y 1999, en las que dejaba claro que no habría precio político por el cese de la violencia, no habría diálogo político con los terroristas y que las leyes iban a ser respetadas en todo momento. Ante las comparaciones del Gobierno y sus medios de comunicación entre la política de Aznar y Zapatero frente a ETA, el PP quiere "dejar clara la inequívoca actitud de Aznar frente a la tregua de ETA". LEA AQUÍ LAS DECLARACIONES DE AZNAR.
L D (Europa Press) Elorriaga explicó que se desprenden tres cosas "claras e inequivocas" de esas declaraciones del ex presidente. Por un lado, precisó, que no habría precio político por el cese de la violencia terrorista y ningún tipo de diálogo político con los terroristas.
En segundo lugar, "que la Constitución y el estatuto de autonomía vigente marcan las reglas del juego y los límites a cualquier tipo de diálogo". Y en tercer lugar, "que el Estado de Derecho y sus leyes iban a ser plenamente respetados en todo momento", en referencia al tema de los presos y la posibilidad de algún tipo de contrapartida.
En opinión de Elorriaga, "lo más llamativo" es que la tregua fue el 16 de septiembre y diez días después ya hubo una explicación pública por parte de Aznar en San Sebastián, de cuando dijo que hay que ser generosos y cuáles son los límites de su generosidad. Luego, aclaró, lo repitió en el Congreso y en otros foros.
Según el dossier elaborado por el PP con las declaraciones del ex presidente del Gobierno, Aznar afirmó el 26 de septiembre de 1998 en San Sebastián, lo siguiente: "Cuando hablo de generosidad –quiero que se interprete bien porque hay algunos despistados–, lo digo con toda sinceridad y sin ninguna reserva, pero lo digo también sabiendo que una democracia y un Estado de Derecho no tiene rehenes que un Gobierno utiliza según le conviene al amparo del cese de la violencia o de una tregua, como se le quiera llamar; sino que un Gobierno tiene principios que respetar, leyes que cumplir y Estado de Derecho que mantener en todo momento. Eso es lo que hace este Gobierno".
El diez de octubre de 1998, Aznar anunció, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, que había autorizado contactos "exploratorios". "He confirmado esos contactos cuando se han producido. He hablado públicamente de que se habían producido, evidentemente, dificultades imputables a la falta de voluntad por parte de la banda terrorista de construir la paz".
Un días más tarde, el once de octubre de 1998, Aznar afirmó en una entrevista concedida a El País que "es un gravísimo error poner precio político al cese de la violencia y sería inaceptable que cualquier solución estable al problema del terrorismo se planteara sobre fórmulas no integradoras, que conduzcan al enfrentamiento". Añadía que él trabajaba para que cuaje la paz pero "desde esa actitud flexible, los demócratas no podemos aceptar imposiciones. Quien puede dar pasos para conseguir la paz es quien está en guerra".
También afirmaba en esa entrevista que su Gobierno no había jugado nunca con "una carta encima de la mesa y otra debajo, incluso en los momentos más duros". "Siempre he rechazado los atajos", apostilló. El 23 de octubre de 1998, aseguraba en Vitoria que daba la garantía "a todos los vasos de que en este país las reglas se van a respetar y nadie va a quebrantarlas, ni por las buenas, ni por las malas".
El 5 de noviembre de 1998, en la presentación de una revista, el ex presidente recordó que había anunciado "conversaciones con quien esté dispuesto a escuchar y a corresponsabilizarse; conversaciones con el único objetivo de corroborar esta nueva voluntad de paz".
En una entrevista concedida a El Mundo el 28 de enero de 1999, Aznar asegura que "lo que no se puede pretender es sacar ventajas por el hecho de dejar la violencia". El 26 de febrero de ese mismo año, afirmó: "A mi me preocuparía mucho recibir una felicitación de ETA, mucho, y yo estoy segurod de que los que han recibido la felicitación de ETA tienen muchos motivos para estar preocupados".
En el debate del Estado de la Nación del 22 de junio, reiteraba que "la paz no tendrá precio ni hipoteca". "de lo que se trata es del punto 10 de Ajuria Enea. ¿Y qué establece el punto 10 del PActo de Ajuria Enea?. Establece, Señoría, que no hay diálogo político; se trata de saber si hay condiciones para el final de la violencia y que no hay diálogo político", añadió.
En rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el 10 de octubre de 1999, afirmó: "A lo que no estoy dispuesto es a un proceso que consista en desbordar la legalidad o, si usted me lo permite, a que el Estado quiebre, o que se cobren ganancias por el hecho de dejar de matar".
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